miércoles, 4 de diciembre de 2024

El ministro de Seguridad, Miguel Castro, debe ser poseedor del récord de ser el funcionario que menos tiempo tardó en destruir un vehículo oficial e intentar hacerlo desaparecer para que nadie advirtiera la macana.

Castro asumió el cargo el 29 de marzo pasado y como su ministerio estaba escaso de vehículos oficiales en buen estado, le consiguieron prestada una Camioneta Renault Alaskan nueva perteneciente al Banco del Chubut. El nuevo funcionario estrella del gobierno de Mariano Arcioni merecía tener una 4X4 de lujo, que estuviera a la altura de las circunstancias y le permitiera recorrer la provincia de punta a punta.

Pero el destino le habría jugado una mala pasada: en uno de las primeras recorridas, al ministro se le cruzó con un caballo en medio de la ruta y no pudo evitar la colisión. Si bien no sufrió daños físicos, la pobre Renault Alaskan terminó destrozada.

Castro intentó evitar el revuelo mediáticos y ordenó ocultar la camioneta para que el hecho no tome estado público, sobre todo porque hacía muy poquito que había asumido y el recuerdo del accidente de su antecesor, Leonardo Das Neves, que le terminó costando el puesto, estaba muy fresco en la sociedad.

La Renault Alaskan fue llevada a escondidas a un taller de la calle Condarco y Piedrabuena, en Trelew, donde pasará unos cuantos meses hasta que pueda ser reparada en su totalidad.

Desde www.lavozdechubut.com deseamos fervientemente que no sigan llevándose vehículos del Banco Chubut porque no nos gustaría enterarnos que su director, Leonardo Aquilanti, no tiene camioneta oficial para trasladarse, ya que  se trata de una persona que a pesar de haber nacido y crecido en Santa Fe hace años se trasladó a Chubut donde  creció en forma notable su patrimonio, mucho esfuerzo, dedicación y capacidad de ahorro

Por su parte, el ministro Castro ya cuenta con otro vehículo oficial para seguir con sus recorridas, una Volkswagen Amarok que rescataron de la Jefatura de la Policía.

Becerra consiguió autito

Otro que no se quiso quedar a pata fue subsecretario de Seguridad y Relaciones Institucionales, Rubén Becerra, y desde que asumió se puso a rastrear algún vehículo oficial que cumpla los requisitos de su rango y nivel.

La tarea no fue sencilla porque los funcionarios no suelen cuidar los vehículos oficiales por lo que la mayoría están en ruinas y los pocos que se encuentran en condiciones, los utilizan los ministros. Pero como dice el dicho popular “el que busca, encuentra”,  Becerra descubrió un muy lindo Renault Fluence que pertenece a la Jefatura de la policía y se lo apropió.

En la institución policial los ánimos no son los mejores ya que tomaron como un destrato que los nuevos funcionarios provinciales se llevaran, en pocos días, una camioneta y un vehículo de alta gama.

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