Hace aproximadamente un mes, la presidente de la Cooperativa Rawson, Josefa Ávila, recibió a un abogado, organizador de un importante loteo de Playa Magagna, que cuenta con unos 600 terrenos.
A pesar de los enormes problemas con el suministro de agua potable que sufre la Capital, el hombre del derecho convenció a Ávila y a un integrante del consejo de administración para que firmen un nuevo contrato y le aseguren la factibilidad de la obra.
Cabe aclarar que en la gestión anterior de la cooperativa ya habían firmado una factibilidad, pero en el contrato le habían agregado la obligación a la empresa de hacer el acueducto y algunos depósitos de agua para el loteo.
En el nuevo acuerdo, la bondadosa de Josefa autorizó la factibilidad y eliminó la obligación de la empresa de hacer el acueducto. Hace unos días, el elegante abogado volvió a la carga, llegó en horas tempranas a la Cooperativa, preguntó por Ávila, quien todavía no había llegado. Avisó que venía a buscar el convenio del loteo de Magagna, que “es una interesante inversión”, aseguró.
Cuando se retiró el abogado, una de las nuevas autoridades solicitó a la jefe del servicio de agua un informe sobre esa factibilidad y la ingeniera Adriana Bec presentó un escrito en total desacuerdo con la realización de esa obra.
Cuando llegó la presidente, que se mostraba muy contenta, insistió con la autorización y le aclararon que el informe negativo de la jefa del servicio se agregaría al expediente. Ante este planteo, Doña Josefa desistió de firmar.