En 1904 el ingeniero Jorge Heuisler presentó en Chile un proyecto para la construcción de un ferrocarril internacional a través del paso internacional “Río Puelo” que uniera el estuario del Reloncaví, desde los llanos de Yates al sur de la localidad de Río Puelo, en la desembocadura del río homónimo para unir “con los fértiles valles de El Maitén, Cholila y Valle Nuevo”.
En la segunda década del siglo XX, a cien años de la Revolución de Mayo, el ministro de obras públicas de la Nación, Don Ezequiel Ramos Mejía verdadero propulsor del desarrollo de la Patagonia Norte, contrató al ingeniero geólogo norteamericano Bailey Willis, para presidir la Comisión de Estudios Hidrológicos, que inició su cometido el 21 de enero de 1911 prolongándola hasta el 21 de diciembre de 1914.
Emilio Frey, era el segundo de Bailey Willis y el único argentino que integraba esa comisión. Más tarde fue colaborador de don Ezequiel Bustillo y fue el primer intendente del Parque Nacional Nahuel Huapi.
Entre algunos de los asuntos recomendados por la referida Comisión, según reseña Sergio Sepiurka (“Sueños de Cordillera”), se cuentan asuntos tan trascendentes como: la “ruta de los siete lagos, entre San Martín de los Andes y Bariloche; las rutas nacionales 40 y 258 Bolsón Esquel; el camino a Chile por el Paso Puelo; los Pasos Puyehue y Pérez Rosales, el ferrocarril trasandino Bariloche-Valdivia; la extensión ferroviaria Bariloche-Trevelin (en virtud de la cual el tren atravesaría el ejido municipal de Lago Puelo por el paraje Golondrinas). Sobre este último señala Frey que “cruza la zona más fértil, más rica que he recorrido en toda la región cordillerana” (pasando por los lagos Gutiérrez, Mascardi, Guillelmo, Corral Foyel, El Bolsón, Epuyén, Cholila, Lago Rivadavia, Lago Futalaufquen y Colonia 16 de Octubre).
Entre los ambiciosos proyectos y estudios efectuados por Bailey Willis se contó el proyecto hidroenergético Epuyén-Puelo, para el aprovechamiento de altura entre ambos lagos que, conectados mediante un túnel a través del Cordón Derrumbe, permitiría la instalación de una turbina en el brazo este de Lago Puelo, la que complementada con un represamiento de las nacientes del Río Epuyén, cuya cota esta susceptible de diversas alternativas, daría lugar a la producción de energía hidroeléctrica abundante y la regulación de los desbordes de dicho río en el valle de El hoyo y su sistematización para riego. El resultado de su gestión se plasmó en una parte pertinente al Proyecto Epuyén-Puelo expuestos bajo el título “El aprovechamiento de las aguas cayentes” e incluyó el estudio de los ríos Epuyén, Turbio y Alersal.
Del libro “Lago Puelo, un rincón de la patria”, de Julio Traverso y Gamboa