viernes, 11 de octubre de 2024

 

Calle San Martín en 1944. Foto: Archivo General de la Nación.

¡Todas las tardes! No es posible, y los fines de semana ni hablar. Transitar  por la San Martín al 200 es un sufrimiento y los que tienen sus negocios por ahí… pobres, si por lo menos fuera de buen gusto. No se aguanta más. Por eso los vecinos del Club Huracán –San Martín 235- elevan una nota al comisionado municipal para que retiren “esa cosa” que instalaron en la vereda.

Esgrimen que las bocinas de los altoparlantes “deben ser retiradas por la molestia que origina al trabajo intelectual y al descanso por la propagación de esa mala música”, ellos quieren “defender fueros de no ser molestados por ruidos incesantes, cooperar con esa intendencia que se encuentra luchando por el bien común, en cumplimiento de los decretos y ordenanzas”. La respuesta no se hace esperar y el comisionado firma una resolución que prohíbe “ruidos molestos en horas de descanso”, y ya que estamos…. “la bocinas de autos deben ser con sonidos graves, de un solo tono, sin sirena, ni ruidos agudos. De 22 a 06 horas, en lugar de tocarlas en las esquinas se deben proyectar luces de faros en las bocacalles”.

Los altoparlantes desaparecen, y a nadie se le ocurre hacer ruidos molestos pero los muchachos que conformaron la comisión para promover la participación de un corredor de auto, se olvidaron de la resolución, y piden permiso para hacer propaganda del baile con un camión y un altoparlante, “como el usado por el camión de Geniol”. ¡No señores, no hay permiso!

Extraído del libro “Crónicas del Centenario”, editado por Diario Crónica en 2001

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