El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, ha justificado este viernes la aplicación de la pena de muerte para los británicos Aiden Aslin y Sean Pinner y el marroquí Saadun Brahim, quienes fueron capturados cuando combatían con el Ejército ucranio. “Todos los procesos se basan en la legislación de la República Popular de Donetsk porque los delitos en cuestión se cometieron en su territorio. Yo no me entrometería en el trabajo del sistema judicial de la república”, ha señalado el diplomático después de que un tribunal de la autoproclamada república separatista de Donetsk —reconocida por Rusia como estado independiente— condenase ayer a muerte a los tres prisioneros, que tienen un mes para recurrir el fallo. Vadim Denisenko, consejero del Ministerio del Interior de Ucrania, ha dicho que Kiev coordinará su posición sobre la sentencia con el Reino Unido, Estados Unidos y la UE. “Los están usando como rehenes para presionar al mundo a negociar”, ha defendido. En el terreno, la ofensiva rusa en Donbás se sigue recrudeciendo. El jefe de la administración militar de Lugansk, Serguéi Gaidai, acusa a las fuerzas del Kremlin de destruir “todo lo que está en su camino”, en un mensaje publicado este viernes en la red Telegram. Mientras, el ministerio británico de Defensa alerta de que la ciudad ocupada de Mariupol, en el sur, tomada hace unas semanas por Moscú, se enfrenta al riesgo de un brote de cólera, debido a las dificultades de las nuevas autoridades rusas para ofrecer servicios públicos a la población en los territorios ocupados.