El mandatario argentino, debilitado por su enfrentamiento con la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, denuncia “operaciones mediáticas” en su contra y amenaza con renunciar.
Argentina Alberto Fernández cambia seis ministros, pero mantiene a los que Cristina Kirchner mandó renunciar
El hombre abandona cada tanto el trabajo sin avisar a nadie, se sube a su auto y conduce sin rumbo por la ciudad. Sus subordinados intentan contactarlo. Una y otra vez. Sin éxito.
“Horas en las que nadie sabe dónde está. Misterio”. Son las “desapariciones temporales” de Alberto Fernández, el presidente argentino bajo una inédita presión: sus niveles de popularidad se acercan al subsuelo y su palabra está tan devaluada como el peso, aunque lo más inusual es el chantaje público al que lo somete su vicepresidenta.
“Miren que yo puedo mostrar mis chats y hay gente que no puede”, dijo atrás Cristina Fernández de Kirchner en un acto público en el que prometió que ese día no se dedicaría a “vapulear ministros”.
Esa suerte de tregua -aunque tampoco le quedaran ya a la vicepresidenta muchos ministros para eyectar del gobierno- fue lo más destacado por la prensa local, que pasó de puntillas por la frase de los chats de whatsapp que no se pueden mostrar. Un ataque directo, televisado en vivo, a la intimidad del presidente. Y a su ya muy escasa estabilidad y credibilidad políticas.
La frase de la ex presidenta llegó días después de que Martín Guzmán, el ministro de Economía al que se aferraba Fernández, les tirara la renuncia por la cabeza a él y a la vice, que había buscado incesantemente su rendición. En ese primer fin de semana de julio, el presidente amenazó con renunciar, según coinciden varios medios y analistas políticos argentinos