El transporte escolar en la zona de la cordillera se ha convertido en un problema sin solución para el gobierno de Mariano Arcioni. En algunas localidades el servicio no se presta desde antes que comience la pandemia del Covid-19, en marzo de 2020, y el subsecretario de Transporte Gustavo Pinchulef, que es quien debe resolver el problema, no aporta soluciones concretas.
En los primeros días de mayo pasado, el intendente de El Hoyo, Pol Huisman, organizó una reunión con concejales, funcionarios municipales, delegados escolares, padres y el subsecretario Pinchulef para intentar ponerle fin a la falta de transporte escolar, servicio fundamental para que cientos familias que viven alejadas de las escuelas no tiene otra forma para enviar a sus chicos a clases.
Luego de la extendida reunión y las fotos para los medios, el problema no se solucionó y quedaron en organizar un nuevo encuentro para seguir analizando y proyectando.
Unos días después, el intendente y el funcionario provincial recibieron a “empresas de transporte para trabajar en estrategias tendientes a optimizar los circuitos ya contratados para este año y analizar el estado actual de los trámites de contratación con el objetivo de alcanzar una mayor cobertura”.
Cuatro días después organizaron una tercera reunión, esta vez con autoridades escolares de la zona, quienes plantearon una larga lista de inconvenientes que deben sortear a diario para poder llevar adelante las clases; por parte de las autoridades hubo mucho análisis, proyecciones y gestos de preocupación.
Como se preveía, las tres reuniones sirvieron únicamente para que el subsecretario de Transporte y el intendente se mostrasen “trabajando” sobre la problemática. Fotos con los distintos sectores, algunas gacetillas de prensa y promesas vacías de soluciones en algún momento.
Lo único cierto y concreto es que está por terminar la primera parte del año y los chicos siguen esperando a que les resuelvan, de una vez y para siempre, el problema del transporte escolar para poder asistir a clases.