jueves, 10 de octubre de 2024
“Casa de Piedra” en la actualidad. Gastre

 

Los primeros pobladores blancos que arribaron al lugar, impusieron a los habitantes originales, compuestos por aborígenes de origen mapuche y tehuelche, sus usos y costumbres. Con el tiempo estos últimos descendientes tribales también comenzaron a construir y habitar en ranchos de adobes con techos de paja y barro.

Dejando de lado el asentamiento en toldos, los hombres comenzaron a vestir a la usanza criolla de la época y las mujeres lucían vistosos “chamales”. En principio las familias establecidas vivían dispersas, generalmente alrededor de aguadas que proporcionaban hidratación tanto a hombres como a animales, allí cuidaban sus ovejas, cazaban avestruces, guanacos y en algunos casos se alimentaban también de carne de potro, muchos de los aborígenes que se encontraban en la zona ya eran cristianos cuando llegaron los comerciantes extranjeros, quizás esto se deba a la gran obra evangelizadora del sacerdote salesiano Juan Muzzio en la provincia.

Tanto los originarios, como los recién llegados a la meseta, jamás imaginaron lo que generarían sus actos y su presencia en cuanto a genealogía y descendencia se refiere, los actuales habitantes de la región, en su mayoría, provienen de diversos orígenes, tanto étnicos como geográficos, mayormente son población reubicada, compuesta por grupos de familias hablantes de lenguas originarias provenientes del norte patagónico y parte de la zona pampeana, tal es el caso de los descendientes de la familia Cual y Pichalao en la localidad de GanGan, los Llanquetruz, Llanquetrú y Chiquichano de YalaLaubat y Blancuntre, por otra parte también se registró una importante corriente inmigratoria de pobladores chilenos, esta estaba compuesta usualmente por familias enteras que arribaban conformadas por el matrimonio e hijos, sin parientes o grupo constituido, este tipo de población fue abundante en Telsen, la aldea Sepaucal, Gastre, Gorro Frigio y Bajada del Diablo. A estos inmigrantes y pobladores se sumaron luego algunos de origen europeo como los Kruse y Köhler, de origen alemán, en el caso de los primeros previamente habían pasado por Chile ubicados en la zona de Cañadón Blanco, los euro descendientes hicieron su aparición años después y hoy verificamos su presencia en la zona de Gastre, GanGan y El Escorial, por otro lado están los españoles asentados en Gastre como los Blanco y los González, los Castro en Paso del Sapo y Telsen, los García en El Escorial, los Sastre en Bajada Moreno, Paso de Indios y también en Telsen, los Larrechea de origen Vasco Francés en Laguna Fría, los Moré y Mucci Conde de origen uruguayo nuevamente en Gastre, aunque en el caso de los Moré, luego emigraron a centros urbanos más densamente poblados como Trelew y Puerto Madryn, también los hay de origen inglés como los Bowman en Lagunita Salada, GanGan y Telsen.

Finalmente, se instalaron los “turcos”, pobladores de origen sirio libanés como los Deybis en GanGan, quienes se establecieron hasta aproximadamente la década de 1930, los Abraham, José y Nárez también en GanGan, pero arribados luego de los años 30 hasta los 70 aproximadamente, los Ana en Telsen, y los Jorge, Abdala y Ziede en Gastre y Paso del Sapo, también encontramos a una rama familiar de los Chaina y Jatib, llegados aproximadamente hacia la década de 1940 a Lagunita Salada, estos últimos relacionados con las redes comerciales y familiares en centros de Maquinchao y Gaiman, luego se verificaron otras ramas genealógicas de pobladores provenientes de provincias del centro y norte argentino, como las provincias de La Pampa, San Luis, Buenos Aires y Corrientes. Finalmente resta mencionar a aquellos pobladores hijos de inmigrantes europeos, nacidos en Argentina, en su mayoría traídos por el comerciante Agustín Pujol a Gastre como el caso de los Ayestarán, el ya mencionado Moré, los Norzagaray, Macayo, Eisthel y Ritchie, de origen galés, en la localidad de GanGan se establecieron los Barriocanal, mientras que en Lagunita Salada llegaron los Guridi y los Mucci Conde, estos últimos afincados por intermedio de Gregorio Carro quien gestionó el arribo del Sr. Conde, patriarca de esta familia, para asociarlo en la administración de la fonda y cuyos descendientes aún viven en la zona de Gastre.

Estas descendencias obtuvieron grandes lotes de tierra y de esta forma poblaron el territorio, la diversidad de orígenes también supuso diversidad de prácticas, formas de vida y costumbres, que sólo tenía en común la estrecha relación con la cría de ovinos y caprinos. La variedad también puede verificarse en el aspecto religioso, durante todo el período de poblamiento en el siglo XX, tuvieron lugar simultáneamente las celebraciones de camarucos, la presencia de los sirio-libaneses y su adscripción a la iglesia católica, algunos pobladores evangélicos o protestantes de Sepaucal y Cañadón Largo, de esta forma, esta amalgama de pueblos, al reubicarse, reconstituyó los lazos vecinales y comunitarios originarios y por tal causa tuvo que desarrollar estrategias de comunicación y supervivencia en su relación con el “otro”, así fue que necesitó acostumbrarse y adoptar prácticas nuevas en sus estilos de vida, estos aprendizajes se fueron produciendo por la interrelación social misma entre cada uno de los grupos étnicos, y no sólo se desarrollaron exclusivamente por el obligado contacto con el Estado y sus representantes, es decir, debieron aprender también los unos de los otros.

A esta mixtura demográfica hay que agregarle la diversidad aportada por los agentes del Estado, representados por los inspectores de tierras, los primeros maestros, policías, jueces de paz y por último los agentes sanitarios y de salud que arribaron a los pueblos y aldeas, sumando una propuesta cultural más en el espacio social algunas fuentes le endilgan a estos asentamientos de profesionales la culpabilidad de la progresiva desaparición de las culturas autóctonas y la aniquilación de las costumbres propias de cada grupo inmigrante, en ocasiones, se los presenta como seres indiferentes e insensibles frente a las culturas desprotegidas y fácilmente manipulables asentadas en las nacientes localidades, sin embargo esto puede ser también cuestionable ya que es imposible constatar que todos los profesionales recién llegados adoptaran este tipo de actitud, si bien existen escritos e informes muy críticos con la población local en varios documentos oficiales, reprochando las formas y modos de vida de los habitantes, ello no implica creer fervientemente que la totalidad avalaba y apoyaba estos dichos, quizás quienes no compartían esta opinión no pudieron o no tuvieron oportunidad de registrar textualmente su postura contraria al pensamiento de ciertos grupos.

Fragmento libro “Gastre, retrospectiva histórica” de Carlos Adrian Tissera

 

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