DESPEDIDA DE BALBIN
El 1º de julio de 1974 murió el General Juan Domingo Perón. El día 4, Ricardo Balbín despidió sus restos en el Congreso Nacional. En ese memorable discurso, entre otras cosas, Don Ricardo dijo: “Guardé yo, en lo intimo de mi ser, un secreto que tengo la obligación de exhibirlo frente al muerto. Ese dialogo amable con el que me honró me permitió saber que es sabía que venía a morir a la Argentina y antes de hacerlo me dijo: ‘quiero dejar por sobre todo el pasado, este nuevo símbolo integral de decir definitivamente, para los tiempos que vienen, que quedaron atrás las divergencias para comprender el mensaje nuevo de la Paz de los argentinos, del encuentro, de las realizaciones, de la convivencia en la discrepancia útil, pero todo enarbolando con fuerza y con vigor el sentido profundo de una Argentina postergada. Por sobre los matices distintos de las comprensiones, tenemos todos hoy aquí, en este recinto, que tiene el acento profundo de los grandes compromisos, tenemos que decirle al país que sufre, al pueblo que ha llenado las calles de esta ciudad sin inscripción de banderías, cada uno saludando al muerto de acuerdo con sus íntimos convencimientos, los que lo siguieron siempre con dolor, los que lo habían combatido con comprensión, pero todo el país recogiendo su último mensaje: he venido a morir en la Argentina, pero dejar para los tiempos el signo de la paz para los argentinos.”
“Este viejo adversario despide a un amigo y ahora frente a los compromisos que tienen que contraerse para el futuro, yo le digo Sra. Presidente de la República: los partidos políticos argentinos estarán a su lado en nombre de su esposo muerto, para servir a la permanencia de las instituciones argentinas, que usted simboliza en esta hora.”
ENCUENTRO PERON BALBIN
La convergencia con Balbín la inició Perón, en secreto, el 25 de setiembre de 1970, cuando le dice: “Estimado compatriota: tanto la Unión Cívica Radical del Pueblo como el Movimiento Nacional Justicialista, son fuerzas populares en acción política. Sus ideologías y doctrinas son similares y debían haber actuado solidariamente en sus comunes objetivos. Nosotros, los dirigentes somos probablemente los culpables de que no haya sido así. Separados podríamos ser instrumentos, juntos y solidariamente unidos no habrá fuerza política en el país que pueda con nosotros y, ya que los demás no parecen inclinados a dar soluciones, busquémoslas entre nosotros, ya que ello sería una solución para la Patria y para el Pueblo Argentino. Es nuestro deber de argentinos, y frente a ello nada puede ser superior a la grandeza que debemos poner en juego para cumplirlo”.
Perón y Balbín producen el encuentro más impactante desde la Ley Sáenz Peña. 30 años de desencuentros quedan enterrados. El líder del peronismo y el jefe más importante del anti peronismo sellan un acuerdo. Habrán de consultarse, definir una política exterior autónoma, con gran presencia estatal en la economía, resistencia a las presiones militares y financieras, y enfrentar juntos, también, las guerrillas que ambos imaginaban movidas desde Moscú y La Habana, no es un programa cerrado, es una cierta idea de la Argentina, convalidada en la práctica por las consultas entre los dos jefes. Perón manda. Pero Balbín logra torcerle diversas iniciativas. No co gobierna pero es escuchado.
EL ABRAZO HISTORICO
El 19 de setiembre de 1972 Balbín visita a Perón en la casa de Gaspar Campos en Vicente López. Balbín toca el timbre en la casa de una vecina. “Pase por acá”. El fondo de su casa lindaba con el chalet de Perón. Por eso Balbín tiene que subir por la tapia. “yo estaba con el alemán, el camarógrafo del canal. Le hago bajar la cámara yo no quería que quedara esa imagen de Balbín trepando. Del otro lado venia Perón. Perón también se arrimó a la pared. Ahí nomás se abrazaron Perón y Balbín. Yo lloré mucho en ese momento. Era emocionante. Cuando termina la reunión, Balbín le dice a Perón: ’Yo no salgo por atrás, no estoy acostumbrado’. Ahí lo largue al alemán que se volvía solo al canal y me fui con Balbín. Me dijo: ‘Perón y yo amigados, el pueblo se tranquiliza y renovará la esperanza’. ¡Cuando volví al canal Crur me cagó a puteadas porque no teníamos imágenes!”, se divierte aún hoy Cacho Marchetti. Balbín empieza a tener un papel fundamental.
Lastiri convoca a nuevas elecciones para diez semanas después, el 23 de setiembre. Perón será candidato. Le preguntan por la formula compartida. Perón declara: “yo con Balbín voy a cualquier lado”.
Perón arrasa. Logra el 62% de los votos. Balbín sube al 25% mejorando su elección de marzo. El voto gorila se desinfla y Manrique cosecha apenas el 12%. EL 87% DEL PAÍS CONCIENTE Y RESPALDA EL PACTO PERON BALBIN.
LA MUERTE DE PERON
El 29 de junio a las 11.50 horas, Juan Domingo Perón delega el mando en la Vice Presidenta.
El domingo 30 de junio, el estado de salud del General permanece estacionario, con ciertos leves indicios de mejoría, según lo consignan los médicos en sus comunicados dos y tres. Pero, a las 3,30 horas de la madrugada del lunes 1º de Julio, “aparecen, en las pantallas, extrasístoles ventriculares aislados y en salvas….” Que denotan el agravamiento del enfermo.
Sin embargo –según testimonio del radical Enrique Vanoli al periodista Heriberto Kahn- “en las primeras horas de esa misma mañana Perón llamo a su dormitorio a Gustavo Caraballo, Secretario Legal y Técnico de la Presidencia de la Nación, para ordenarle estudiar la posibilidad de que, a su muerte, el poder pasara directamente a manos de Balbín. El requerimiento fue impartido en presencia de Isabel, que guardaba silencio, y de López Rega, que protestaba enérgicamente con la idea. Perón despacho a Caraballo con la directiva de estudiar el tema rápidamente. Sin embargo, poco después, el funcionario volvió a ser convocado a la habitación en la que se encontraba el líder justicialista, donde éste le indico que abandonara el análisis del tema. De inmediato y dirigiéndose a su esposa, el Presidente agregó: “Pero de todos modos, nunca tomes una decisión importante sin consultar con Balbín…”.
Para ese 1º de julio, la Presidenta ha citado a reunión de gabinete, en la cual participa el Dr. Taiana, en su calidad de Ministro de Educación, cuando, a las 10 horas y 25 minutos, la enfermera Zulema llama desesperadamente desde el primer piso: “Dr. Taiana, suba por favor, el General, por favor…”. Un paro cardíaco le habría sobrevenido a las 10.25 de ese lunes 1º de julio. “Subí la escalera de a 2 y 3 peldaños… el General estaba semi incorporado en la cama, cianótico y disneico…. Con voz ronca susurrante me dijo: -‘Dr., me voy de esta vida… esto se acaba…. Mi pueblo…. Mi pueblo..”.
Entonces, cae hacia atrás, a penas sostenido por Taiana y una enfermera. Con una respiración dificultosa, apenas perceptible, entre en profundo sopor. Probablemente confunde los tiempos y se le aparecen aquellas olas gigantes del sur, aquel mar embravecido donde los grandes pájaros parecían lanzarse, como al suicidio…. Y atrás un paisaje blanco, de nieve y desolación, con una sola letanía: el lejano balido de las ovejas…. Un mar que avanza, indetenible, avasallante, triunfal, pero que de pronto se transforma en miles y miles de compatriotas jubilosos que avanzan hacia la Plaza de Mayo coreando su nombre, entre canticos y bombos…. “mi pueblo … mi pueblo..” quiere incorporarse porque su deber es estar allí, con su gente, como siempre junto a ellos, pero de repente la Plaza queda vacía, los perfiles se desdibujan, la noche va dominándolo todo…
Bibliografía:
“Perón, Exilio, Resistencia, Retorno y Muerte”, Norberto Galasso
“Ricardo Balbín, el Radicalismo y la República”, Eduardo Giorlandini
“Alfonsín”, Oscar Muiño