Es la noche del 24 de julio de 1958 y la cadena nacional de radio difunde el mensaje del presidente Arturo Frondizi a todo el territorio nacional: es la noche en que convoca al país a librar la batalla del petróleo, para lograr el objetivo del autoabastecimiento de combustible y cambiar la dependencia de las importaciones por desarrollo económico nacional.
Lo que el presidente anuncia esa noche es la esencia de lo que ocurrirá en Comodoro Rivadavia en los próximos 5 años y que marcará a fuego su historia.
La Argentina importa el 65 por ciento del petróleo que consume, habiendo retrocedido respecto de 1930, cuando producía el 45 por ciento del combustible consumido e importaba una baja proporción: “El país trabaja para pagar el petróleo importado, petróleo que tenemos bajo nuestros pies y hasta ahora no nos decidimos a extraer en la cantidad que necesitamos”, anuncia el presidente 1.
Así, la política petrolera apunta a lograr la independencia en ese plano y arribar a la industrialización nacional, mediante el fortalecimiento de YPF y contratando a empresas privadas para extraer el petróleo que entregarán a la petrolera estatal, para su destilación.
Como no hay reservas de oro para entregar a YPF a fin de desarrollar su plan, el presidente celebra una serie de contratos con compañías extranjeras que aportan no sólo equipos para la explotación petrolera, sino también el capital necesario a través de mecanismos financieros internacionales.
Así, se anuncia el contrato con Astra, paralizada hasta ese momento por agotamiento de su zona de explotación. Además, se ha contratado a un grupo de empresas norteamericanas, como Atlas Corporation, The Hidden Splendor Mining Co., Petro Atlas Inc., William Brother Corp., Mid. Continent Exploration Co., entre otras, para la perforación de 4.000 pozos en Comodoro Rivadavia, durante 6 años.
YPF firma contrato además con Petrofina S.A (Bélgica), con Panamerican International Oil Company y una carta de intención con Sea Drilling Corporation, para una plataforma submarina, entre otras empresas.
El presidente sueña con la construcción de oleoductos y destilerías, en el marco de una política petrolera comandada por YPF en busca de la independencia nacional en materia de combustible, pero generando a la vez un endeudamiento de más de 700 millones de dólares.
Esa noche, Comodoro inicia un camino que tendrá corto recorrido, en el que conocerá la explosión laboral por la intensa producción petrolera, la llegada de las compañías norteamericanas y los excesos de un tiempo de leyenda.
Lo bueno, muy breve, no será dos veces bueno en este caso.
Extraído del libro “Crónicas del Centenario” editado por Diario Crónica en febrero de 2001.