domingo, 15 de septiembre de 2024

El 19 de julio, Celestino Rodrigo renunció, poniendo fin a sus 49 días de gestión en el Ministerio de Economía. Previo interinato de Corvalán Nanclares, el 22 juró Pedo Bonani, un ex Funcionario de Perón en su primer y segundo período presidencial, vinculado al sector financiero, alejado de la política en los últimos 20 años. Solo duraría 21 días. Los medios de la época informaban que tenía un “plan”. En el mismo habían colaborado Julián Nicastro y los sindicalistas Juan José Taccone, Oscar Smith, Alberto Campos y Genaro Baez.

Las ideas básicas consistían en congelar precios y retrotraer todo aumento indebido al 31 de mayo de 1975, establecer subsidios a los alimentos, ajuste periódico de salarios, nacionalización del comercio exterior, nacionalización de las empresas estratégicas, promoción industrial y creación del Consejo Nacional de Emergencia Económica.

No todo presagiaba pesimismo. Por ejemplo, el Ingeniero Julio Broner llegó a afirmar que la situación “no es tan dramática, con 2 o 3 medidas se sale del estancamiento”. Sin embargo, los indicadores económicos que da a conocer Carta Política indican que el nivel de las reservas a finales de mayo de 1975 era de 900 a 759 millones de dólares, marcando una tendencia negativa, comparada con los 1500 millones de diciembre de 1974 y los 1903 millones de mayo del mismo año. La circulación monetaria mostró en junio un crecimiento mayor: 11,6% de aumento después de 4,6% de mayo.

Pedro Bonani aceptó el pedido de tregua por 180 días formulado por la CGT. En ese lapso se suspendían los despidos y las suspensiones laborales. La medida duró poco. A los pocos días, el ministro de economía propuso crear un seguro de desempleo pero fue rechazado por ser una “solución liberal”. La CGE, además, rechazó la tregua económica porque “condena a la bancarrota a los empresarios, que no son causantes de la situación”. El titulo de la creación fue “empezamos mal”.

Luego de un fin de semana de conciliábulos, el lunes 11 de agosto, Pedro Bonani presentó su renuncia. Duró 20 días. Lo sucedió interinamente Corvalán Nanclares, a la espera del arribo de Antonio Cafiero, que en esos momentos se desempeñaba como representante ante el Mercado Común Europeo en Bruselas. En esas días de la gestión Bonani se gestaron dos hechos que tendrían su importancia meses más tarde. Primero, asumió Emilio Mondeli como Presidente del Banco Central, convirtiéndose en una pieza importante de la conducción económica. Segundo quedó constituida la APG un Organismo que reunía a la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, Cámara Argentina de Comercio, Unión Comercial Argentina, Cámara de la Construcción y otras entidades de peso del universo empresarial. La naciente organización crecería al amparo de la crisis y la pérdida de influencia de la Confederación General Económica cuyas máximas figuras habían sido José Ber Gelbard y Julio Groner. La APG haría sentir su voz al provocar el primer paro general en febrero de 1976.

El lunes 21 de julio, mientras la crisis avanzaba raudamente volvía a los diarios la recurrente noticia sobre una posible licencia presidencial, como consecuencia de una enfermedad confirmada y negada al unísono desde los propios ámbitos oficiales. La confusión era absoluta. Esa noche, en el noticiero de Canal 13, opinó Balbín: “creo en la conveniencia de que la Sra. De Perón descanse, se reponga y se adecue a esta realidad que vive y deje que las cosas vayan andando”.

Fragmento del libro “Nadie Fue” de Juan B. Yofre

 

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