Los “mensajes al poblador rural” de Radio Nacional son un medio de comunicación en sí mismo, pero a veces lo que se quiere decir no siempre es lo que se escucha. El multifacético barilochense Edgardo Lanfré tiene un relato al respecto que es una joya.
En su libro, Edgardo rescata un aviso en la radio, con mucho atractivo, pero que muestra lo necesario de este segmento de comunicación, aún en esta época de tecnología celular.
Lanfré cuenta: “Los propietarios de un establecimiento en la zona de El Manso tenían un agasajo bastante importante por Bariloche. Intentaban traer del campo un par de corderos. Sabidos son los avatares que se deben enfrentar para ingresar a la ciudad carne faenada en forma casera. Para cumplir la misión, aleccionaron al puestero unos días antes: “El jueves, te vamos a poner un aviso en la radio. Va a decir que te vamos a pasar a buscar a tal hora. No te vamos a pasar a buscar, vos tenés que estar atento a la hora que diga el mensaje y esa es la cantidad de corderos que tenés que carnear. Por ejemplo: si dice que te buscamos a la una, tenés que carnear uno; si dice a las dos, tenés que carnear dos”.
“Luego de hacer repetir lo dicho a Juancito (así le llamaban al puestero) y comprobar que había entendido, se despidieron hasta el día de la entrega. El jueves fueron a la radio a poner el mensaje: “Se le comunica a Juancito Aravena, de El manso, que el sábado lo pasan a buscar a las dos”. La operación marchaba sobre rieles hasta que tocó el turno del locutor, quién andaba con ganas de hacer un buen uso del lenguaje y, con voz muy trabajada, leyó al aire: “Se comunica a Juan Aravena, de El Manso, que el sábado lo pasan a buscar a las catorce”.
“Cuando llegaron los patrones al campo y vieron los catorce corderos colgando en hilera de un tirante del galpón, se quisieron morir. Juancito alegó haber escuchado clarito que el mensaje decía “a las catorce”.
Por Jorge Castañada para Diario Río Negro