viernes, 4 de octubre de 2024
Croquis de la Misión Ntra. Señora de los Dolores . Dibujado por Santiago Pozzi en 1890

Escuchando el informe del Padre Pedro Bonacina, el Padre Santiago Costamagna, en reemplazo de Monseñor Cagliero, ausente en Italia, acertó con la designación del nuevo hombre para Chubut, el Padre Vaccina, que indudablemente reunía las cualidades necesarias: inteligente, sufrido y prudente.

Bernardo Vaccina había nacido en la misma tierra de Don Bosco, en Ravignano D’Asti, el 14 de marzo de 1859. El 5 de abril de 1882, recibió las ordenes mayores culminándolas con el Presbiterado. Cinco años más tarde lo encontramos en la Patagonia como Director y Párroco en Viedma. Mientras trazaba sus planes para misionar, una llamada de Cagliero le hizo poner pie en Buenos Aires. Allí, no puede creerlo, el Gobernador de Chubut, Luis Jorge Fontana, aunque poco favorecedor con él por su amistad con Vivaldi, el 11 de noviembre de 1892, le entregó una nota con el siguiente encabezamiento: “El dador de la presente ha merecido, del Excelentísimo Señor Presidente de la República, el honor de ser nombrado Capellan y Misionero de la Gobernación a mi mando en reemplazo del distinguido Canónigo Francisco Vivaldi”.

Acompañado por el profesor trienal Raimundo Díaz y el coadjutor Guido Marini, se embarcaron en la goleta Chubut. La primera de las sorpresas la recibió en su recorrida por los camarotes. Ninguno de ellos tenía colchón. Cuando le preguntó al Capitán de Navío cuál de ellos le tenía asignado, escuchó decir secamente:

-El 2 y el 3

-¡Pero no tiene colchón!, dijo Vaccina

-¿Cómo no lo han traído? Inquirió el Capitán.

-No lo sabíamos.

-Buenos será para la próxima vez.

Y así finalizó el dialogo y a dormir sobre la madera. La falta de viento para henchir las velas lo retuvo 5 días en el Río de La Plata. 36 horas de tempestad, como hacía muchísimos años no se había visto, -dijo el dueño de la goleta- los sorprendió a la altura de Bahía Blanca. El Padre Vaccina afirma que la calma vino después de los rezos y de haber arrojado unas medallas al mar. Finalmente después de 18 días de mareos, entraron en la boca del Río Chubut. Frío estaba el día y fría la recepción. Nadie los esperaba. “Los 5 kilómetros que nos separaban de Rawson –escribe Vaccina en sus memorias- los hicimos en un carrito a paso de burro”.

Se dirigieron, en primer lugar a la Iglesia. La llegada de los tres salesianos coincidió con una abundante lluvia, después de una gran sequía. Entonces unos dijeron: “Los Padres nos han traído agua”. Los del otro bando replicaban: “Los cuervos son mensajeros de tempestades”.

El ilusionado futuro Pro-Vicario de Chubut, y sus acompañantes, tuvieron que dormir en el altillo de atrás de la Capilla, que tenía un respiradero natural formado por las aberturas de la torre. Y esto duró varios meses. De la calefacción, ni que hablar. El calorama que existía, según nota firmada por el señor Horacio Reale, (que dijo ser el donante), fue retirado porque el regalo carecía de fundamento pues era para el Padre Vilvadi, “no para la misión salesiana”.

Vaccina traía gente joven. ¡Había que alimentarla! Comenzaron comprando una comida al día. Les costaba $ 3. ¿Y hasta cuándo podrían pagarla? El coadjutor Marini, a causa del mal del mar, estuvo cinco días en cama. Mejor no se hubiera levantado, porque apenas se sintió bien, montó un caballo que lo tiró al suelo y le provocó dos fisuras en la pierna izquierda que lo tuvieron postrado por un mes.

El Capellán y Misionero tomó posesión de su cargo el 14 de diciembre y redactó su plan de acción, que en resumidas cuentas, era el siguiente:

1.- Abrir un colegio para varones atendido por los salesianos y uno para niñas atendido por las Hijas de María.

2.- Establecer un orfanato para ambos sexos y una escuela de artes y oficios para indígenas, católicos y protestantes.

3.- Abrir un salón-enfermería para los menesterosos, dado las muertes descubiertas después de 15 días.

Llama la atención que la detallada circular en la que anunció sus proyectos estaba fechada el 26 de diciembre. A menos de un mes de su arribo a Rawson. Manifiesta un profundo conocimiento de todo el territorio. Dirigiéndose a Monseñor Cagliero, le escribió: “Sería muy útil abrir un taller cuyo maestro podría ser al mismo tiempo Director de banda. En todo el territorio no haya más que dos sastres y dos zapateros”. En otra misiva pide un hermano coadjutor que sepa agricultura.

Realizaciones:

Escuela para varones: creación: mediado de 1893. Maestro, Novicio Ramón Díaz. Alumnos inscriptos: 14

Hermanas Hijas de María Auxiliadora. Fecha de llegada: 18 de noviembre. Fundación del colegio: 20 de noviembre de 1893. Funcionó con 2 maestras para 40 niñas.

Orfanato: se inició en 1893 con la aceptación de algunos internos. A partir del 9 de agosto de 1894, como consecuencia del acuerdo alcanzado entre Monseñor Cagliero y el Presidente Luis Sáenz Peña, por un decreto del mismo, la misión de Rawson recibió los “Menores delincuentes o depositados de los Territorios Federales del Sur”

Hospital: Narran las memorias del Padre Vaccina que en marzo de 1893 se inició el hospital con un gendarme “tifoso”.

Párrafos del libro “Rawson Casa Madre de Chubut”

 

 

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