martes, 15 de octubre de 2024

La presidenta de Madres de Plaza de Mayo, Hebe De Bonafini, murió esta mañana a los 93 años. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes cercanas a la vicepresidenta Cristina Kirchner. A través de su cuenta de Twitter, la titular de la Cámara de Senadores recordó a la militante de derechos humamos con un sentido mensaje: “Queridísima Hebe, Madre de Plaza de Mayo, símbolo mundial de la lucha por los Derechos Humanos, orgullo de la Argentina. Dios te llamó el día de la Soberanía Nacional… no debe ser casualidad. Simplemente gracias y hasta siempre”. El Gobierno decretó tres días de duelo nacional.

La referente de los derechos humanos fue internada el 11 de octubre en el Hospital Italiano de La Plata, ciudad en la que vivía, para hacerse una serie de estudios. La activista de 93 años ingresó al centro de salud en horas de la tarde, donde le realizaron varios exámenes médicos de rutina para controlar su estado de salud, según informaron sus allegados. Tras 24 horas en el hospital fue dada de alta.

A través de un comunicado difundido en las redes sociales, el Gobierno anunció que “decretó tres días de duelo nacional y rinde homenaje a Hebe, su memoria y su lucha que estarán siempre presentes como guía en los momentos difíciles”.

El comunicado de la familia de Hebe de Bonafini
“Con mucho dolor informamos que hoy a las 9.20 falleció Hebe de Bonafini. Agradecemos enormemente las demostraciones de amor, acompañamiento y preocupación que en estos días de internación en el Hospital Italiano de la ciudad de La Plata, como en toda su trayectoria militante, ha recibido mi madre.

Son momentos muy difíciles y de profunda tristeza y comprendemos el amor del pueblo por Hebe, pero en este momento como familia tenemos la necesidad de llorar a la Madre de Plaza de Mayo, a Hebe, en intimidad, por lo que iremos informando a partir de mañana cuáles serán los espacios para los homenajes y recordatorios.

Desde ya no hay palabras que signifiquen realmente mi profundo agradecimiento para con el equipo de salud médico que durante tantos años la asistieron y cuidaron como, así también, al equipo médico, de enfermería, auxiliares y directivos del Hospital Italiano de La Plata, que durante los días de internación estuvieron al lado de mi madre cuidándola con mucho amor y respeto.

¡La seguiremos encontrando a Hebe en la Plaza y en las luchas de pueblo!

Alejandra Bonafini”.

Las últimas actividades de Hebe de Bonafini
El miércoles 5 de octubre, la titular de Madres de Plaza de Mayo asistió al Centro Cultural Kirchner (CCK) donde presenció la inauguración de “Hebe de Bonafini, una madre rev/belada”, la muestra fotográfica que expone en imágenes su biografía.

Allí recordó que tuvo una “niñez alegre donde uno aprendía a disfrutar de las pequeñas cosas en su infancia”, aunque señaló que por ese entonces era normal que “no hubiera ciertos derechos, como las vacaciones o los sindicatos”. Y en ese marco pidió que se invite a los chicos de los barrios populares a visitar el CCK: “Quisiera que acá hubiera clases de todo, todo el tiempo para los chicos”.

De la presentación participó el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti, quien recordó que “cuando yo era César Castillo [su nombre cuando fue apropiado] el primer contacto que tuve con un organismo de derechos humanos fue en la Plaza [de Mayo] y con las Madres”.

El jueves de esa semana, participó de una marcha junto a Demetrio Iramain, y Ayrton Blanco, presidente de la Unión de Estudiantes Secundarios de la Ciudad, en donde denunciaron “el atropello que lleva adelante el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta contra los estudiantes que mantienen escuelas tomadas en el distrito más rico del país, en contra de las viandas en mal estado y las prácticas laborales obligatorias para escuelas públicas”.

En ese contexto, la activista dijo que “la idea más clave de Larreta es que aprendan los ricos, y los pobres laburen para ellos. Por eso los mandan a lavar platos, a lavar baños. Es una vergüenza”.

A su vez se expresó sobre el pedido de diálogo que exigen los estudiantes, y auguró que desde la Ciudad “no los van a escuchar porque es demasiado fuerte lo que les dicen los chicos. No hay peor sordo que el que no quiere oír, o peor ciego que el que no quiere ver. Ellos ni ven, ni oyen a los compañeros que están tomando las escuelas, a sus papás y mamás, que tienen toda la razón del mundo en acompañarlos”.

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