México tiene en sus manos el futuro de Argentina. Si los mexicanos ganan este sábado, Argentina prácticamente quedaría fuera de la Copa del Mundo. Y en ese guion se puede sumar el ingrediente Rogelio Funes Mori. El delantero nació en Godoy Cruz, se forjó en Texas, pero se hizo ídolo en Monterrey. El atacante hizo su cambio de federación ante la FIFA para defender la camiseta verde a partir de 2021 y, a estas alturas del Mundial, puede ser partícipe de un buen resultado para los mexicanos y un drama absoluto para los de Messi.
La familia Funes Mori dejó la Argentina golpeada por la crisis económica de 2001 y se mudó a Arlington (Texas) para vivir. Los mellizos Ramiro y Rogelio querían seguir con una de las conexiones argentinas: el fútbol. Encontraron lugar en la academia del FC Dallas e incluso el ahora delantero mexicano ganó un reality show de jóvenes promesa. El fútbol en Estados Unidos aún estaba en construcción y vivir como profesionales no era una meta alcanzable a corto plazo. Los Funes Mori regresaron a Argentina y se anotaron en los equipos juveniles de River Plate: uno como defensa, el otro como goleador.
Hay sentimientos partidos completamente partidos por la mitad porque en la familia Funes Mori hinchan por dos selecciones distintas. Ramiro, quien fuera defensa en el Everton y del Villarreal, jugó por Argentina la Copa América 2016 convocado por Tata Martino, actual seleccionador del Tri, y algunos encuentros de la eliminatoria. No fue convocado para el Mundial de 2018 ni para este. Rogelio, en cambio, jugó en los equipos juveniles de la selección argentina sub 18 (2009), disputó el torneo Sudamericano sub 20 (2011) y un amistoso contra Brasil (2012) tras ser llamado por Alejandro Sabella. A partir de ese año se perdió en el radar argentino.
El Funes Mori goleador dio un salto al Benfica donde le intentaron pulir, pero no pudo brillar en el primer equipo y luego tuvo que ser cedido a la Liga turca con el Eskişehirspor. En 2015, una llamada a su agente fue el plot twist de su vida: el club mexicano Monterrey le quería fichar. 139 goles después, se convirtió en el máximo goleador de los Rayados, ganó una Liga y dos Copas. Sus ocho temporadas le hacían candidato siempre a que la selección mexicana le pidiera hacer el cambio de federación ante la FIFA. “Les quiero compartir con enorme orgullo que ya soy mexicano. Siento amor, respeto y agradecimiento por este gran país y por su gente”, contó en junio de 2021 cuando recibió sus papeles.
El rosarino Tata Martino convenció a los dirigentes de la Federación Mexicana para que le ayudaran a agilizar el proceso de Funes Mori. En los 16 partidos jugados ha anotado cinco veces. Su convocatoria a la selección saltó chispas en México debido a que el seleccionador le cerró la puerta al máximo anotador del Tri, Chicharito Hernández, debido a una serie de indisciplinas que rompieron el vestidor. El tándem Martino-Funes Mori amenaza a una Argentina en apuros.
A lo largo de la historia, México ha reforzado su selección con futbolistas argentinos. El primero en hacerlo fue Carlos Lara, quien cambió de colores en el camino al Mundial de Chile 1962, pero una lesión le apartó de la lista final. 40 años más tarde, el Tri volvería a fijarse en otro argentino. Ese fue Gabriel Caballero, quien debutó en Central Córdoba y fue fichado por Santos Laguna en los 90. “Llegué a México en el 95. Realicé el trámite de naturalización en el 2000 y fue en 2020 cuando me llamaron a la selección”, cuenta Caballero a EL PAÍS. Fue Javier Aguirre, su antiguo entrenador en Pachuca, quien le llamó. “Hubo un sector del periodismo que estaba en contra, otra que no, pero los aficionados siempre nos apoyó. Llevo 30 años viviendo en México y todavía siento el honor de representar al país”, agrega.
Caballero, un centrocampista de época, jugó el Mundial de 2002 y en total jugó ocho partidos, aunque no fue convocado más. “Me considero un jugador ganador, quizá no extraordinario. No hay quien haya ganado más títulos que yo en este país [seis Ligas, dos títulos de la Concacaf y una Sudamericana]. Javier siempre me dijo que era el mejor centro del fútbol mexicano. Me pedía hacer lo mismo que hice en Santos y en Pachuca. Me dijo: ‘No quiero que lo veas que eres el salvador de la selección, no quiero que vayas y hagas el gol, pon tu granito de arena y nada más’. Y así fue.
El argentino Ricardo La Volpe, en 2005, convocó al recién nacionalizado mexicano Guillermo Franco, un delantero que al igual que Funes Mori se erigió como goleador e ídolo del Monterrey en solo tres años. Eso le bastó para vestirse con la camiseta mexicana y jugar el Mundial de Alemania. La Volpe, además, convocó al brasileño Antonio Naelson Sinha para darle un toque distinto. Fue uno de los jugadores incisivos para el funcionamiento de la selección mexicana. Ese equipo cayó en octavos de final frente a la Albiceleste en un partido que se fue a la prórroga y lo ganaron los sudamericanos 2-1 gracias a un gol de Maxi Rodríguez.
Guille Franco jugaría otro Mundial, en 2010, pero poco pudo aportar en la delantera. Su suplente, Chicharito, le ganó el puesto. Franco cerró su registro con el Tri con siete goles en 25 encuentros. Sinha aportó su toque elegante en las eliminatorias como la de Brasil 2014, pero no viajó a la Copa del Mundo.
En 2010 hubo una serie de nacionalizaciones de futbolistas: el brasileño Leandro Augusto, además de los argentinos Lucas Ayala y Matías Vuoso. Estos hombres fueron reclutados por el sueco Sven-Göran Eriksson. Los mexicanos recuerdan, como imagen de póster, un gol de Vuoso frente a Canadá que significó una victoria crucial en las eliminatorias rumbo al Mundial. En 2012, el seleccionador José Manuel de la Torre convocó a Damián Álvarez, exjugador de River Plate, pero solo pudo jugar dos amistosos. Dos años más tarde, ante la amenaza de quedar fuera de Brasil hubo dos llamados de emergencia de México: Lucas Lobos, exjugador de Gimnasia y Esgrima, y Christian Giménez, exjugador de Boca Juniors El primero fue convocado, pero no le debutaron; el segundo solo jugó en un partido no oficial frente a Costa de Marfil. En el caso de Chaco Giménez hubo que solicitar ante la FIFA el permiso debido a que jugó en un torneo de menores y, en 2009, Maradona le convocó para disputar las eliminatorias. Ahí tampoco jugó. Su hijo…