lunes, 7 de octubre de 2024

-¿Ud. fue a la escuela en Comodoro Rivadavia? ¿Cómo era ahí la vida?

No… Me acuerdo que yo estaba en 28 de Julio con una tía, estuve cinco años porque mis padres se habían ido a Comodoro y vivían en una gamela donde no permitían tener los tres chicos, entonces a mí me dejaron ahí con la tía, o sea ese período de 9 a 13 años, que es lo que uno tiene más grabado ¿no?

-Cuéntenos qué esparcimiento, qué ratos de ocio tenían

Siempre tenía el pensamiento en la música, o siempre había un festival…. no Eisteddfod, algo más chico que era como una preparación para el Eisteddfod. O sea que todo el año había actividad cultural, y para eso había una sesión en la capilla para los niños y los jóvenes y venía un pastor y la señora, que vivían por Bethesda, entonces recorrían todo el valle, reunían a los chicos en las capillas y enseñaban a cantar, a recitar, todas esas cosas… Así que sí era para el domingo… teníamos que preparar versículos, memorizar versículos, o sea que intelectualmente siempre estaban ocupados, así que yo no he visto ociosa a la gente. Después si hablamos de los varones… a lo mejor a la tardecita salían a dar un paseíto a caballo para ir a visitar a un vecino, a tomar mate, o simplemente visitarlo porque había estado enfermo, porque trabajaban de sol a sol, entonces quedaban planchados a la noche, de manera que se cenaba y ya se acostaban, pero se practicaba mucho la lectura también.

-¿En qué momento se practicaba la lectura?

A la noche generalmente, la gente leía mucho. Claro, no había televisión. Yo me acuerdo de esa época, yo no escuché radio tampoco pero se llenaba la vida así con cosas muy interesantes muy lindas. Y bueno, los mayores se reunían en distintos días que los niños. Los niños a la tarde siempre. Los mayores cuando ya terminaban sus trabajos en el prado, diríamos, o juntaban el cereal, o el pasto, o lo que fuera, bueno, ahí se bañaban y se arreglaban y se iban a la capilla a ensayar los coros. Ah sí, era riguroso… y bueno, y todo el mudo al pie de la letra ¿no? Aprendían la letra y enseguida tomaban la armonía, la melodía, y adelante porque casi todos entienden música ¿no?

-¿Y todo en galés?

Ah sí en ese tiempo todo en galés. Bueno, nosotros los chicos íbamos a la escuela, hacíamos deberes, pero después teníamos que ayudar mucho en casa. Teníamos que ir a juntar leñita chica, por ejemplo, para prender el fuego… a la mañana siguiente esa era por ejemplo una tarea que tenía yo, sabía que era mi obligación ¿eh? Y guai de que no encontraran la leñita a la mañana para prender el fuego…sí.

-¿A qué jugaban?

Los niños nos reuníamos a jugar a la casita; sí, nos reuníamos con los vecinitos, siempre había chicos alrededor, así que bueno, nos portábamos bien durante la semana porque así el sábado a la tarde nos dejaban ir a la casa de fulanita, menganita, a pasar la tarde a jugar, jugar a las muñecas, los varones a la pelota, ¿eh? Pero mucho, mucho a la casita y sino se organizaba un pequeño concierto ahí.

Me acuerdo que Williams contaba en Esquel que se había muerto un gato de la vecindad, y bueno la invitaron al sepelio del gato, los chicos se reunieron ahí para sepultar al gato, y cantaron el Himno Nacional, ¿qué me decís?

-¿El Himno Nacional Argentino?

El Himno Nacional Argentino para sepultar al gato si, si bue no, claro… estaban en ese ambiente de la música, y buscaron lo más reverente.

¿Y alguna ronda?

Bueno ronda, yo me acuerdo en la escuela más el arroz con leche y todo eso, pero en galés, por ejemplo El Martín Pescador se hacía.

-¿Se acuerda de la letra?

Blanquita canta la canción en galés y traduce: ¿quién viene? ¿Quién viene? Por el puente, bueno… dónde llueve, algo así, tiene que rimar.

-¿Y lo cantaban en galés?

Si, si pero muy poco. Yo, sabés, las leía en un libro coloradito de tapas duras que decía “para los chicos galeses”, y esos venían de Norteamérica, era un autor que se dedicó muchísimo a difundir el idioma galés y a crear escuelas galesas, que en Gran Bretaña eso fue un trabajo muy arduo, crear escuelas galesas, porque se imponía el inglés en todas partes, y entonces el idioma se perdía, entonces este señor tomó las riendas del asunto y creó escuelas… empezó una, otra, otra, después para mayorcitos, como sesenta escuelas galesas…en Gales ya hay secundarias galesas también.

-¿Y le parece que el “Martín Pescador” era una letra galesa?

Por lo menos se ve que era universal. Pero la cancioncita era así (la canta en galés), entonces elegían los colores, se ponen en fila, exactamente como el Martin Pescador. Sí pero de juegos de niños me acuerdo más en la escuela, porque yo estaba solita ahí, cuando nos juntábamos con dos chicas vecinas era para jugar a la casita, eso nos encantaba, a ver quién tenía la casita…con pedacitos de loza, y poníamos los ladrillos para hacer un fogoncito, bueno eso era la pasión de nosotras las chicas.

Gente muy sana…

Yo a partir de los 13, 14 años que hice… 5to a los trece, salí a los quince de la escuela, porque en 28 de Julio hice tres veces cuarto grado, porque no había más grados, había un solo maestro para todos los chicos, así que trabajaban mañana y tarde

En Comodoro, nos reuníamos con barras, por ejemplo mi hermano era de Huracán entonces Huracán tenía muchachada, mucha muchachada, simpatizantes jóvenes, entonces cuando yo cumplí 15, 16 años iba a bailar, pero entonces me tocó ir a estudiar.

Íbamos a picnics los padres nos daban libertad, pero con muchas recomendaciones: ‘a mí no me dejen mal en ninguna parte’, decía mi papá, ‘vos tenés la libertad que quieras, pero yo no quiero escuchar ni un mal comentario, ni nada, así que vos ya sabés, si eso llega a suceder bueno, ya sabés que se restringe la salida’.

-¿En el picnic cantaban?

Veníamos a Cañadón Ferrari, porque Comodoro era… no había plantas, no había lugares para ir, y como es tan ventoso, veníamos a Cañadón Ferrari, en el viaje de acá a Comodoro llegás a un lugar donde hay una estancia, donde hay arboleda, ahí veníamos cerca de la casa donde vivía el hermano de Perón.

En el picnic compartíamos la comida, después charlábamos, pero pasábamos un día al aire libre hermoso, a veces se hacían juegos como ese que le quita uno el lugar al otro, a una orden, que hay movimiento, y ahí tenés que ocupar todos los lugares sino te quedás colgado, entonces a ése después le toca dirigir…, sí algunos juegos así se hacían a lo mejor un chico llevaba la guitarra, nos poníamos a cantar, alguna vidalita, o cosas así también, pero eran… qué se yo, una cosa tan correcta, había tanto respeto entre nosotros, es el día de hoy que yo realmente pienso por qué se ha degenerado tanto así la conducta en los chicos, en la juventud, ¿no? capaz nosotros éramos demasiado puritanos, no sé esa era la educación que teníamos.

Y después cuando me fui a estudiar, naturalmente la vida de estudiante es hermosísima yo estaba en una pensión con otras seis chicas, calculá qué no hacíamos las seis muchachitas ¿no?

-¿Adónde fue a estudiar?

A Viedma. A mí me dieron a elegir, el Consejo me dio una beca, o ir internada a Buenos Aires o externa en Viedma, pero había que vivir en una pensión, la beca era sesenta pesos en el año, eso iba derecho a la pensión.

Mis padres hicieron sacrificios para que yo pudiera estudiar, porque había detrás mío otros dos, menores también, que les han dado estudio.

Ahí en Viedma sí que lo pase muy lindo, está el río y Patagones, tomábamos la lancha y nos íbamos a bailar a Patagones, el fin de semana, eso era hermoso y si no venían los de Patagones a Viedma, después íbamos mucho al cine, claro, como éramos siete en la pensión, nos acompañábamos, así que fue una época hermosísima, sí claro, hermosísima.

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