domingo, 15 de septiembre de 2024

El gobernador Mariano Arcioni participó ayer de un encuentro con el presidente Alberto Fernández donde, junto a otros 15 mandatarios provinciales, plantearon la posibilidad de aumentar 5 a 25 el número de jueces que integran la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

El proyecto de sumar 20  nuevos jueces al máximo tribunal es por demás polémico y conllevará seguramente un sinfín de debates entre políticos, abogados constitucionalistas y opinólogos de turno.

Antes de partir a Capital Federal, Arcioni aseguró que “venimos trabajando con la reforma de la Corte Suprema con mayor integrantes es que haya una conformación federal. La idea es que cada provincia tenga un representante en la Corte Suprema”.

La medida llama mucho la atención sobre todo si la comparamos con países como Estados Unidos donde habitan casi 330 millones de personas y cuentan con una Corte integrada por 9 jueces (uno cada 36 millones de personas). De producirse la variante, Argentina, que tiene casi 50 millones de habitantes, contaría con un juez del máximo tribunal cada dos millones de habitantes.

Pero como es sabido Arcioni, en política, se aferra rápidamente a quien pueda darle una pequeña sensación de seguridad y alguna promesa de un futuro mejor, sin distinción de partido político.  Es así que en su muy corta carrera en la función pública ya se lo vio retratado con casi todo el abanico ideológico del país.

Cabe recordar que fue uno de los máximos aplaudidores de Mario Das Neves,  luego inició un romance desesperado con Mauricio Macri, donde se mostró en reiteradas oportunidades en Villa La Angostura y hasta apoyó con fuerzas y fanatismo el pacto fiscal y la ley de participación público privada. Es íntimo amigo de Sergio Massa y ahora, fiel a sus convicciones, partió raudo a Buenos Aires a reunirse con  Alberto Fernández y apoyar la ampliación de la corte a veintitantos miembros.  Lo que en el barrio llamarían “un verdadero barrilete sin cola”.

 

 

 

 

 

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