En la edición del día 3 de enero de 1920, el “Chubuchino” había denunciado apremios ilegales contra su dueño y director, el señor Evaristo José Núñez, ejecutados por el subcomisario Villagrán, bajo órdenes del propio Gobernador interino, Evaristo José Núñez, según testimonios vertidos en su propio medio, habría sido llevado al predio del incendiado viejo edificio de la Asociación Española, donde “a pesar del atolondramiento consiguiente como consecuencia de los puntapiés, puñadas, insultos y blasfemias de toda índole y calibre, quiso resistir entrar al mencionado edificio, mas todo fue esfuerzo inútil. Una vez dentro, tras haber sido arrastrado por el propio subcomisario y por un chofer del Gobernador”. Por otra parte, el señor Núñez asegura que “notó la presencia de varias personas que al amparo de la oscuridad existente y ubicadas en los rincones de las paredes, daban bajos silbidos y proferían frases de burlas y amenazas”. Después de eso, el señor Núñez afirmó que “fue desnudado, encadenado, golpeado e insultado”. Amenazado de muerte y conminado a declarar los nombres de sus colaboradores periodísticos”, Núñez se habría negado aduciendo que sólo él escribía en su medio. Luego de eso, Núñez declaró que fue “sacado a brusca y a empellones de su encierro y trasladado a la plaza de Trelew, atándosele a una de las columnas del Kiosco de la cadena que le pendía del cuello” y a la cual se le colocó otro candado aferrándosele a la columna dicha. Abandonado allí, Núñez fue rescatado por dos personas cuyos nombres se guarda de dar el periódico, tras lo cual fue a buscar refugio en el hotel de Trelew donde se hospedaba mientras transcurrían los sucesos de la huelga.
Fragmento del libro “Fraternidad, romerías y disputas”