Era indudable que la situación económica estaba mejorando a ojos vista, los comerciantes trabajaban más y en forma más desahogada, los industriales proyectaban nuevas empresas y los ganaderos y los agricultores obtenían mejores precios por sus productos. Este panorama era general en todo el país y en lo que se refiera al pueblo nuestro se hicieron preparativos para instalar una fábrica de fideos, observándose también que se trabajaba intensamente para ampliar y reacondicionar al cervecería “La Argentina”, cuyo propietario anterior era el señor Kurt Guttwein.
La primera información de importancia en el nuevo año que se inicia fue la que constituía un pedido realizado por un núcleo de distinguidos caballeros de nuestra localidad al señor H. C. H. James de Puerto Madryn, en su carácter de representarte de la compañía Port Madryn (Argentina) Land Company limitada, en la que se solicitaba un lote de terreno ubicado en la manzana 46 de este pueblo con una superficie de 5.000 metros cuadrados en forma de rectángulo 50 metros por 100 de terreno que se destinaría a la construcción de oficinas y anexos para la Dirección Nacional de Vialidad.
Con ello se buscaba que la D. N. V. se radicara de forma definitiva en Trelew, de lo contrario de no dárseles el terreno para ello, se corría el riesgo de que se trasladasen a otra localidad perdiendo así nuestro pueblo de la influencia e importancia de su radicación.
En la noche del 2 de enero se produjo en la calle Rivadavia, entre 9 de Julio y 25 de mayo, un grave hecho de sangre, en el que resultó muerto uno de los protagonistas. En el citado lugar se intercambiaron varios disparos entre Emilio Antonio Aidar, de 29 años, y Raúl Palavecino, de 19 años, ambos de nacionalidad Argentina. Según la crónica que apareciera en la prensa local, el segundo de los nombrados después de encontrarse de forma casual y sostener un intercambio de palabras con el primero, extrajo un revolver y le descerrajó un tiro sin dar en el blanco, por lo que Aidar, parapetándose detrás de un automóvil ahí estacionado y en defensa propia, contestó la agresión haciendo varios disparos, uno de cuyos proyectiles fue a incrustarse en el corazón, produciéndose una muerte casi instantánea. La víctima era prácticamente desconocida en nuestro medio pues solo llevaba dos meses de residencia, habiendo venido de Bahía Blanca y no se le conocía empleo alguno.
Un gran incendio se produjo en la noche del viernes 8 de enero en el negocio de pompas fúnebres del señor Secundino Fernández. El mismo se inició en el taller de carpintería anexo al salón de exposición y dado la combustibilidad de los artículos allí almacenados el fuego tomó gran incremento reduciendo todo a cenizas en contadas horas. Este comercio estaba ubicado en la calle Sarmiento al 300 y carecía de seguro, lo mismo que el local cuyo propietario era el señor Miguel Fiore. Ni bien el fuego fue descubierto, se alertó a la policía, la que con la colaboración de vecinos y la muy eficaz que prestaron los conscriptos del distrito militar, se abocó a la tarea de sofocar las llamas, evitando que las mismas se propagaran a la casa vecina del señor Robert Powell Jones, la que estuvo en grave peligro de ser siniestrada. Un nuevo y moderno aserradero se instaló en el pasaje San Luis al 400, para luego de varios meses trasladarse fuera del ejido municipal, en la cabaña del señor Máximo Martínez Aguirre, sobre la ruta a Gaiman, cuyos propietarios eran los jóvenes Normando Fazio y Augusto Krebs. Contaba con maquinarias apropiadas que lo hacían único en el valle. Muchos vecinos de la localidad se trasladaron hasta este establecimiento para poder apreciar su funcionamiento, felicitando a sus propietarios por la eficiencia en el trabajo que allí se realizaba.
Párrafos de Matthew Henry Jones