La inflación, las tasas de interés reales negativas, la devaluación del peso, el crack financiero que la Argentina vivió en 2001 con el Corralito y la traumática salida de la Convertibilidad tienen efectos permanentes en la vida económica de la población. La dolarización en debate que propone Javier Milei o la convivencia legal del dólar y el peso (“bimonetarismo”) que propuso Carlos Melconian aportan nuevos elementos.
Pero, de hecho, buena parte de los argentinos acumularon dólares en las últimas décadas por una cifra que no para de crecer. Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la “Otra inversión” contabilizada como activos de inversión internacional llegaba hasta el 30 de junio a 264.948 millones de dólares, que es lo que está fuera del sistema financiero local, unos u$s 3828 millones más que al cierre de marzo 2023.
De esa cifra, unos u$s 250.110 millones son “Monedas y depósitos”; es decir, los billetes que se atesoran en el exterior, en cajas de seguridad o en el colchón.
Si se toman todos los activos financieros internacionales, que también incluyen inversión directa y de cartera como participaciones de capital en empresas y tenencias en fondos de inversión, entre otros, los dólares que tienen los argentinos dentro y fuera del sistema financiero legal suman 424.535 millones, cerca de un Producto Interno Bruto (PIB) completo, que era de u$s 487,2 millones en 2022. Pero esa cuenta también alcanza a las reservas internacionales del Banco Central (BCRA), que eran u$s 27.926 millones hasta el final del segundo semestre.