sábado, 20 de abril de 2024

Se viene en inicio de la campaña electoral y el gobierno de Marino Arcioni prepara todo lo que tiene para hacer actos que muestren gestión y reparto de bienes que mejoren la calidad de vida de la gente.

En una provincia casi fundida y que sufrió el recorte de fondos por parte de Nación, el gobernador y su equipo tuvieron que apelar al ingenio para mostrar algo que valga la pena ser destacado en actos pomposos con gente aplaudiendo y medios de comunicación retratando los momentos.

Sin recursos de Nación, seguramente no habrá actos de inauguración de las rutas comprometidas, como la doble trocha Trelew – Madryn o la de Comodoro Rivadavia y Caleta, ni de entrega de nuevas viviendas para vecinos del interior provincial, recurso largamente utilizado por el extinto gobernador Mario Das Naves durante sus primeros dos mandatos y por Martín Buzzi, aunque en menor medida.

Además, tampoco cuenta recursos propios ya que casi todo lo que ingresa a la provincia se destina al pago de los haberes de los trabajadores públicos y a la cancelación de intereses de deudas (la mayoría de letras del tesoro emitidas por el ministro Antonena), por lo que al gobernador se les ocurrió aprovechar los móviles policiales comprados a través de un leasing por $ 1.500 millones (que deberá devolver quien el próximo gobierno) para montar actos de entrega y movidas de prensa todas las semanas.

La gran mayoría de los autos y camionetas ya fueron comprados y están guardados en un depósito a la espera de que el gobernador arme el acto semanal donde reparte algunos móviles a las distintas comisarías. Las entregas son racionalizadas, en grupos de 10, 15 o 20 móviles como máximo, para que el reparto de vehículos 0Km alcance hasta las elecciones del 30 de julio próximo.

Un reconocido asesor comodorense, de los más cercanos, al ver que el gobernador no estaba del todo convencido sobre el éxito que podría tener la entrega de móviles en los actos de campaña le habría dicho en confianza: “A la policía les das una auto nuevo y están felices, como la mayoría son cabeza de tacho se creen que el auto de ellos y andan chochos todo dando vueltas”.

Durante los casi 6 años al frente del gobierno, Arcioni abandonó la seguridad generando una crisis sin precedentes, con comisarias que se caen a pedazos, patrulleros destruidos y policías sin herramientas para combatir el delito. En ese contexto, la inseguridad creció a niveles nunca vistos y se esparció por todas las localidades de la provincia.

A pocos meses de las elecciones, el gobernador recordó la importancia de la seguridad y decidió repartir móviles policiales como principal caballito de campaña. Para ello, Antonena armó, una vez más, créditos que son un “pague Dios” y Castro administró los operativos de compra.

 

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