Las fiestas en Camarones tenían un gusto especial, tal vez porque eran casi familiares: El sarao contaba con la alegría del baile y la música, los pobladores se lucían y como dicen sacaban viruta al piso.
Conocí las fiestas del Club “Espora”, lugar de reunión de todo tipo en el año 1950, era el salón más grande del pueblo. Después, cuando se construyó la Municipalidad en ese hermoso edificio, Municipalidad de Sociedad Rural, casi siempre con orquesta, la que recuerdo bien del Maestro Celano.
En una oportunidad se presentó un señor, que se ofreció a tocar con su acordeón a piano, y en una magistral interpretación ejecutó CZARDA, la danza húngara resonó solemne en el salón y dejó todos deslumbrados, pues su apariencia no denotaba su arte.
Imposible nombrar a todos los bailarines, pero en mi recuerdo veo a Don Jorge Navarre, danzando con su prima Ester Magariños al compás de valses, pasodobles, tangos, milonga y rancheras. Debo decir que con el entusiasmo se bailaba todo hasta el baile de la escoba y de la silla. Como cierre de estas fiestas había remates de tortas o tartas, a beneficio de alguna obra social o para la Sala de Primeros Auxilios. Tenían un buen precio conociendo la buena mano de algunas reporteras, en especial la Señorita Pilar Rabal. Hemos participado en carreras con obstáculos en vehículos, en un perímetro de tres manzanas. El ganador fue nuestro amigo de Trelew, Marcelo Miguel en el año 1971.
Las fiestas patrias y religiosas que tenían su epicentro en la Escuela Nª 16 desde temprano se esperaba las visitas en la casa de Directora, para tomar el desayuno con chocolate, café o té con tortas, servido por las maestras.
No olvido la fiesta de aniversario de Camarones, Autoridades Provinciales con las delegaciones españolas de Comodoro Rivadavia, Trelew, Puerto Madryn, Rawson, Gaiman todo el valle.
El Salón de la escuela adornado con flores de retamas amarillo y rojos geranios, acorde a la fiesta que nos convocaba.
Las procesiones en honor de “”Stella Maris” patrona del pueblo.
No olvido al salesiano Padre Juan Corti, el cura gaucho que por esos años nos visitaba. La llegada de Monseñor Borgathi para las confirmaciones, y en otra ocasión de Monseñor Mariano Pérez, cumpliendo su apostólica misión.
Todo el pueblo se brindaba con entusiasmo haciendo tortas o pastelillos, en los pic-nic del estudiante o para los niños del Internado la consigna era pasarlo bien.
Compañías de teatro vocacionales que fueron inolvidables, procedentes de Trelew y Comodoro Rivadavia.
Las fiestas de la Rural, donde todo el pueblo cooperaba con tortas, trabajos de artesanía, que después eran juradas. Entre mis recuerdos es que, la primera reina de la lana elegida en Camarones, fue la Señorita Elsa Beinarán.
También viene a mi memoria las carreras de caballos y de sortija donde se apostaba fuerte. En el campo los espectáculos de doma y las lindas fiestas de as de la señalada, sobre todo en campos chicos donde cooperaba el vecindario, después venía asado, baile y disfrutar de las confituras.
Fragmento libro “Recuerdos de Camarones y su gente” de Isabel y Víctor Heinken