Es la cepa Andes y es la única que también puede transmitirse entre humanos hasta lo que sabe la ciencia hoy
El hantavirus toma su nombre del río Hantan, en Corea del Sur, donde se descubrió originalmente en 1978. En América hay 40 genotipos diferentes, aunque no todos provocan enfermedad en los seres humanos. En la Argentina, están presentes 11 cepas del virus. Una de ellas se conoce como “Andes”, circula en Patagonia chilena y argentina y es la que tiene la mayor tasa de mortalidad.
Karina Hodara, doctora en biología y docente de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (UBA), detalla todas las claves para entender cómo se producen brotes de hantavirus.
“Hay que considerar que en América, hay 40 genotipos diferentes de hantavirus. Hasta el momento se sabe que 23 de ellos producen síndrome cardio-pulmonar en los seres humanos”, comentó.
En la Argentina, hay 11 cepas de hantavirus circulando. Dentro de ese grupo, 9 se han asociado a enfermedad, y una de ellas es la cepa Andes. “Es la cepa que presenta mayor tasa de mortalidad en los seres humanos, en base a los registros oficiales de las autoridades sanitarias. Es mayor al 40,5%”, explicó. En cambio, la cepa que circula en el Noroeste argentino tiene una tasa de mortalidad del 1%. La del Noreste llega al 17%, y la del Centro del país es del 30,8%.
“Es importante tener en cuenta que no hay aún tratamiento específico ni vacuna para la prevención de esta enfermedad causada por las cepas americanas. Por ahora, la prevención pasa por disminuir la probabilidad de no entrar en contacto con roedores infectados, que pueden transmitir el virus”, expresó.
En la región sur-andino patagónica de la Argentina junto con algunos departamentos de Chile, circula la cepa viral Andes. Su hospedador es una especie de ratón colilargo.
“Como coevolucionaron a lo largo de la historia, los roedores tienen el virus, pero no se enferman, ni tienen síntomas ni cambios de comportamientos en sus actividades diarias. El roedor huésped posibilita que el hantavirus permanezca en el ambiente de manera continua”, detalló Hodara.
La principal vía de transmisión del hantavirus al humano es la vectorial. El roedor libera partículas del virus al ambiente, a través de heces y orina y las personas las inhalan o ingresan las adquieren por la boca o por la conjuntiva de los ojos. También la transmisión puede ocurrir cuando una persona manipula un roedor y es mordida.
“Hasta el momento la cepa Andes es la única comprobada que se transmite entre humanos. Es decir, que, si una persona está incubando la infección, puede transmitir el virus a otros al estornudar o al toser”, dijo.
CÓMO INFLUYE FLORACIÓN DE LA CAÑA COLIHUE
Como no hay vacuna desarrollada hasta la fecha segura y efectiva autorizada, es importante detectar los brotes a tiempo a través de señales ambientales como la floración de la caña colihue. Durante las últimas décadas, hubo floraciones más pequeñas a nivel local que podían dar señal del advenimiento de un brote de hantavirus. Con las floraciones hay más semillas, y eso hace que los roedores tengan más alimento disponible, y de esta manera, sus poblaciones aumentan. Esto genera la “ratada”, que es un aumento exponencial de densidad de roedores.
“El desequilibrio en los números poblaciones hace que los individuos de roedores dispongan de menos superficie y recursos. Y conduce a que aumenten las probabilidades de contacto entre los animales, a que se lastimen y se contagien el hantavirus entre ellos. Al haber una mayor proporción de roedores infectados, aumenta la probabilidad de que esos animales puedan entrar en contacto con personas y las infecten”.
Río Negro