viernes, 4 de octubre de 2024

La finca del terror: radicales conversos, vínculos con Arcioni y jueces amigos

La trama secreta de influencias con el gobierno de Mariano Arcioni y la Justicia que desnudó el caso aberrante de una chica de 18 años que denunció que fue abusada sexualmente por Enrique Silva, productor de El Hoyo que aun hoy se jacta de tener impunidad.

El hombre, amigo de Arcioni, fue detenido el martes pasado y su hijo, Emanuel, abogado y profesor, exfuncionario de Mirco Szudruk, del IAC y actual asesor del Banco Chubut, también está en la mira.

La chica abusada de Lago Puelo, sería apenas la punta del ovillo de algo mucho más grande que podría escalar a las más altas esferas del poder político y judicial.

El fiscal Carlos Días Mayer, ahora, investiga una red de trata que tendría al menos diez víctimas de la comarca que tienen miedo de hablar.

Cuando la impunidad del poder deja al descubierto una red de negocios turbios, favores políticos y “pactos de caballeros”

EL DERRUMBE DEL PODER

No hay manera de predecir los efectos que puede disparar, en el pueblo de El Hoyo, la denuncia de abuso sexual de una chica de 18 años contra Enrique Silva, exradical convertido a Chubut Somos Todos, y devenido en fiscal de mesa de Javier Milei en las elecciones presidenciales.

El pasado martes, Enrique Silvia fue detenido y permanecerá un mes con arresto domiciliario hasta tanto la investigación por abuso sexual y presunta trata de personas, haya avanzado lo suficiente como para asegurarse de que nadie borre evidencias.

El caso que desató una pueblada en El Hoyo, amenaza con poner en jaque a una familia que ostenta el poder político desde el gobierno de Carlos Maestro, décadas más tarde pasó dasnevismo, se recicló con el arcionismo decadente, y entabló vínculos con las más altas esferas del Poder Judicial que perduran hasta hoy.

Enrique Silva, paladín de la “Revolución Productiva” en lo ´90,  resistido por muchos radicales –hay quienes dicen que se jacta de que con su dinero e influencias puede tenerlo todo-, se fue del partido tras perder una interna en el 2019, y se sumó a las filas de Chubut Somos Todos, donde Mariano Arcioni gustoso le abrió las puertas.

Silva y Arcioni llegaron a tener una relación muy cercana; ambos estadistas, amantes de la buena vida, con visión de progreso, coincidieron en un tema crucial para la prosperidad del pueblo de El Hoyo: la venta de tierras.

LA DINASTÍA DE LOS SILVA

Silva, a sus 76 años, en su descanso de Las Golondrinas, vio en su hijo Emanuel, el niño prodigio destinado a perpetuar la dinastía de los Silva para toda la eternidad.

El nombre de Emanuel Enrique Silva –como el padre- nunca se destacaría por sus medallas cosechadas en exposiciones de fruta fina, pero sí aparecería en los boletines oficiales del gobierno.

El niño prodigio se jactaba de ser un radical de pura cepa hasta que fue tentado por el intendente  peronista Mirco Szudruk, quien le ofreció el cargo de Secretario Legal y Técnico.

Emanuel, quien no quería descuidar su estudio jurídico por dedicarse a la función pública, montó sus oficinas frente a la Municipalidad. El estudio, gracias a la habilidad del hijo y las influencias del padre, se convirtió en un búnker de “operaciones” de compra venta de tierras fiscales.

Enrique padre veía cómo su hijo Emanuel daba grandes saltos codeándose primero con el dasnevismo –sorteando la caída libre- y luego con Mariano Arcioni, con quien quedó encantado por la manera en que todo le resbalaba.

Arcioni puso a Emanuel en un cargo ad honorem en el Instituto Autárquico de Colonización (IAC), donde estaba encargado de “regularizar tierras”, cobraba viáticos de un director y tenía pasajes; luego lo premió nombrándolo como asesor del Banco Chubut, un puesto que iba con su personalidad.

Padre e hijo debieron sentirse orgullosos cuando el lunes 2 de noviembre del 2020, el nombre de Emanuel Enrique Silva apareció en el Boletín Oficial en el Decreto N° 993, mediante el cual Arcioni designaba al “doctor” en el cargo “personal del gabinete” desde el 15 de octubre de ese año.

Enrique Silva padre seguía al frente de la finca, no tenía que perder el tiempo en las internas del radicalismo, y seguía moviendo los hilos del poder con Arcioni y su séquito de obsecuentes y aduladores, a través de su hijo.

UNA CHICA ABUSADA

El fiscal de Lago Puelo, Carlos Díaz Mayer, actuó desde el minuto uno, no bien llegó a sus manos un audio de la víctima “CR”, una chica de 18 años de Lago Puelo, que llegó a la finca junto con otra mujer que conoce a Silva y le dio trabajo.

Dos chicas y un chico encontraron a la víctima perdida en un camino, entre los pastizales,  y pararon a  ayudarla. La víctima, con un ataque de nervios, presuntamente drogada, en medio de la desesperación, rompe en llanto:  “Enrique Silvia me violó”.

Cuenta que acaba de cumplir 18 años, conoce a Silva “de un trabajo”, y revela que “me dio un trago que me dijo que era jugo de manzana”.

“CR” representa a todas las mujeres a las que Enrique Silva mira desde las alturas como si fuera un semi Dios: una “piba – así la llama- que sale de fiesta y no se puede controlar”, cuentan que dijo una vez.

La víctima confiesa que ya había sido víctima de otros abusos y pidió ayuda más de una vez pero nunca nadie hizo nada.  No queda del todo claro si el acusado de las reiteradas violaciones es Silva o alguien más.

El testimonio grabado con el celular, quedó registrado como prueba. El fiscal Díaz Mayer actuó de oficio: allanó la finca de Enrique Silva y otras propiedades de donde se llevaron viagra, armas, gel íntimo y toallitas.

Paralelamente, allanaron el estudio de su hijo Emanuel Silva, abogado, exsecretario de Legal y Técnica de la gestión de Mirco Szudruk, y catedrático de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad.

Allí encontraron un preservativo usado, que llamó la atención de los investigados.

Una de las pruebas clave que recolectaron en los procedimientos es un jugo de manzana, que la víctima denunció que Enrique Silva le habría dado.

ALGO MUCHO MÁS GRANDE

En la Justicia y en la política todos en el pueblo conocen a Enrique Silva, quien se ve a sí mismo como un “productor exitoso” al que muchos “lo envidian” y por eso él sabe –y lo dice- que “hablan mal a sus espaldas”.

Silva tiene una trayectoria política envidiable: fue concejal entre 1995 y el 2003 durante el apogeo y la debacle del radicalismo. Por aquellos años, cuando presidió el Concejo Deliberante,  más de una vez se jactó de haber tomado las riendas de la Municipalidad de El Hoyo.

Paralelamente, Silva exhibió varias veces sus frutales en la finca y salió a opinar como un referente de los productores sobre la actividad económica de la Comarca Andina.

El hombre siempre tuvo alto perfil, nunca se preocupó por ocultar su éxito –no conoce la modestia- y hasta poco se jactaba de que era uno de los pocos productores que progresó a un ritmo que el común de los pobladores no le pudo seguir el paso.

Alguna vez, cuentan, admitió que se rebajó en pedirle alguna ayuda al exgobernador Mario Das Neves, mediante alguna línea de crédito del Banco Chubut.

El éxito arrasador lo llevó a Silva a postularse como candidato a intendente de El Hoyo por el radicalismo, pero no le fue nada bien: quedó tercero.

El hombre, obstinado, siguió militando hasta que en 2015 –después de una fallida candidatura a concejal- se cansó y pegó el portazo en la UCR como tantos otros.

En 2019, reapareció con el gobernador de Mariano Arcioni, con quien compartía su afición por los negocios, veleidades que solo el dinero permite comprar y el poder en su estado más puro.

Silva, orgullo de su hijo abogado, se codeaba con el círculo de Gerosa Lewis y los camaristas de Esquel de quienes se jactaba que podían ofrecerle impunidad.

Hace unos meses, pasó inadvertido el rescate de una mujer de 23 años de Chaco, que había llegado a El Hoyo engañada para trabajar en tareas de limpieza.

En su casa de Las Golondrinas, detenido con arresto domiciliario, Silva está pensando una vez más en mover los hilos del poder.

 

Compartir.

Los comentarios están cerrados