El diputado provincial Leonardo Bowman, del bloque Despierta Chubut, presentó un proyecto de ley para establecer “la obligatoriedad de implementar un régimen de virtualidad semipresencial para las carreras de Educación Superior dictadas en la provincia”, con el objetivo de garantizar el acceso a todos los habitantes de Chubut, sobre todo a aquellos alejados de los centros urbanos más poblados.
El proyecto de ley prevé que la obligatoriedad alcance a la Universidad del Chubut y a los Institutos de Formación Superior dependientes del Ministerio de Educación provincial.
La propuesta de Bowman contrasta gratamente con la gran mayoría de proyectos y resoluciones que diputados y concejales nos han acostumbrado en Chubut en los últimos años, donde buscan destacar acciones o personajes irrelevantes o solicitar al Ejecutivo que realice las gestiones necesarias para “frenar las guerras en el mundo”, “para que salga el sol” o el interés por la “Fiesta de la tortilla al rescoldo”, por citar algunos ejemplo. En definitiva, cuestiones netamente declamatorias que sólo sirven para que hacer un poco de ruido mediático pero no resuelven los problemas reales de la comunidad.
El proyecto de virtualidad semipresencial obligatoria en las carreras de Educación Superior hoy es factible gracias a las inversiones de emprendedores privados que apostaron a llevar conectividad a los pueblos del interior, que posiblemente sea un negocio rentable, pero también una posibilidad para que miles de chubutenses puedan integrarse al mundo y a las nuevas tecnologías.
Lamentablemente el Estado provincial tiene una deuda importante en cuestiones de conectividad con las localidad es del interior profundo provincial. En los últimos años muchos fueron los anuncios los funcionarios de turno que prometieron llevar internet a cada rincón de la provincia: firmas de convenios, tapas de diarios y horas de entrevistas radiales y televisivas pero que jamás se concretaron.