martes, 3 de diciembre de 2024
Emilio Loyauté Pierre. Foto: familia Layauté

Emilio Loyauté Pierre nació en 1857 en la localidad francesa de Cateau Cambresi, situada al sureste de París. Su primer apellido, Loyauté, por su significado era una declaración de principios: lealtad, fidelidad honradez. Sus padres se llamaban Pedro Loyauté y Eugenia Natalia Baillet.

La familia Loyauté Pierre era propietaria de viñedos y una destilería de licores. A Emilio, la buena posición económica de sus padres le permitió estudiar en la universidad. Estudió medicina, pero no alcanzó a obtener el título de médico. Al promediar las tres décadas de vida, Emilio Loyauté se alejó de Francia por problemas políticos. Su esposa y su hijo Raúl quedaron a cargo de la destilería.

Loyauté eligió como lugar de exilio la lejana Patagonia argentina. En el territorio del suroeste del Chubut se dedicó al comercio ambulante. Para ubicar a sus principales clientes, los indígenas, debía internarse en el entonces despoblado territorio del actual departamento Río Senguer. Transportaba las mercaderías en carros o vagonetas, y dormía a la intemperie, guareciéndose debajo de los vehículos. Comerciaba mediante trueque: pieles y cueros a cambio de los “vicios” (harina, azúcar, yerba, sal, alcohol, tabaco, etc). En 1896 se estableció en el curso medio del valle del río Mayo. En el centro del valle, a pocos metros del cauce del río, edificó con ladrillos de adobe una vivienda de siete habitaciones en la que habilitó un boliche de ramos generales. Pese a ello continuó recorriendo el territorio para comerciar con las tribus establecidas en la región, las que periódicamente mudaban el asentamiento de sus tolderías.

El asentamiento de Loyauté figura como un punto solitario en un mapa elaborado en 1896 por las comisiones de límites argentinas, corroborando de ese modo el año de su radicación en la región.

En la edición del 9 de julio de 1916 del extinto diario La República, editado en Comodoro Rivadavia, el poblador de Colonia Sarmiento Marcos Martínez le dedicó un breve párrafo a comerciantes ambulantes que recorrían la región hacia 1899:

“En esta época empezaban ya a transitar algunos viajeros y vendedores ambulantes, como ser Emilio Loyauté, Eduardo Botello, Francisco Pietrobelli y otros varios.” En 1898, una de las habituales recorridas de Loyauté en busca de clientes lo llevó a Valle Huemules -por entonces llamado “Valle Koslowsky”-; donde se habían establecido varias familias para formar una colonia. Allí conoció a Rosalía, hija de Francisco José Hutnik y Da Inés Sawa. La familia era originaria de la provincia polaca de Buchach. Como la joven le gustó, la robó y la llevó a vivir a su vivienda del río Mayo. Poco después, agobiados por el hambre, el frío y falta de perspectivas, los Hutnik se alejaron de la fracasada colonia de Valle Huemules y se radicaron frente a la residencia de Loyauté, sobre la margen norte del valle”.

Un noruego, integrante de las comisiones de límites, dio otra versión acerca del modo en que Loyauté conoció a su mujer.

“A fines de enero (1902) llegué a lo de Don Emilio (Loyauté), un estanciero y comerciante, al que había visitado el año anterior y acampado al lado de su casa. Cerca de las carpas había un pequeño montículo de piedras y en el que se había colocado una cruz. Por una casualidad me enteré tiempo después del duro destino que la pobre criatura había padecido y que estaba enterrada en la pendiente del solitario valle del río Mayo.” (Sundt, 1906)

A continuación se refirió a las penurias que pasó la familia Hutnik en Valle Huemules. Dos de las hijas de la familia se mudaron a la vivienda de Loyauté:

“Dos jóvenes chicas llegaron un día a caballo a Don Emilio en el río Mayo. Se encargó de ellas, les dio comida, bebida y se quedó con ellas. Yo las saludé en mi primer viaje. Una tenía 17- 18 años, la otra 14-15. La mayor tenía un niño pequeño y la otra estaba embarazada. Como Don Emilio se iba constantemente de viaje, las jovencitas estaban por largo tiempo solas. Un día enfermó la mayor, apenas se podía mover y al mismo tiempo la menor empezó a perder fuerzas no pudiendo encargarse de los quehaceres domésticos y un día se vino completamente abajo. Cuando Don Emilio por fin volvió, estaba muerta y su hijo había nacido muerto, pero la muerte solamente la había liberado luego de tres días de duros sufrimientos. Entonces sin ninguna ceremonia, fue sepultada en la pendiente del solitario valle y la tumba cubierta con piedras para que el zorro y el puma no rompieran la paz del sepulcro. Un triste destino”. (Sundt, 1906)

El 27 de diciembre de 1899 nació el primer hijo de Rosalía, Fernando; el que falleció al poco tiempo. Entre 1903 y 1919 nacieron los 10 hijos de la pareja: Berta (1903), Luisa (1904), Rodolfo (1906), Luis (1908), Clara (1910), Emilia (1911), María (1913), Raúl (1915), Fernando (1916) y Dalmira (1919) “.

Dos de las hijas se intoxicaron al comer sardinas envasadas en latas y fallecieron en plena adolescencia.

Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado

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