lunes, 7 de octubre de 2024
Galeses comiendo asado con cuero

Ambas culturas (Tehuelches y galeses) se fueron adaptando unas a otras. Los aborígenes copiaron muchas costumbres de los galeses, y estos, muchas también de ellos.

Los galeses adoptaron el mate, el tradicional asado al aire libre y el trabajo de campo como volear avestruces, guanacos o pumas.

Ya se había hecho una costumbre de algunas escuelas, al terminar el año, se reunían en una chacra cercana a la población, ya fueren las de Trelew o las de Gaiman y los padres de algunos niños y jóvenes preparaban el asado que reunía a todos los alumnos, para pasar un día al aire libre.

Cuando más tarde llegaron los inmigrantes de otras nacionalidades también se adaptaron al mate y al asado. Han quedado documentados casos como el ocurrido en el año 1896 en el establecimiento ganadero de los italianos Paoli y Casarosa, ambos propietarios del mismo, ubicados en la zona de Río Senguer, al que invitaron a varios de sus compatriotas y conocidos de Trelew, a una gran fiesta allí. Fiesta conocida vulgarmente como “señalada”, que es precisamente cuando se señala a los animales para que nos se confundan con los de los campos vecinos. Los invitados pudieron saborear un exquisito asado preparado por los aborígenes que trabajaban en ese campo, según su costumbre. Se dice que una vez que los nativos terminaron el trabajo se fueron a otro sector, donde también destejaban a su modo el aumento de la hacienda, hasta altas horas de la noche, bailando, cantando y bebiendo. Para la mayoría de los invitados era la primera vez que vivian una experiencia de ese tipo.

Años más tarde ya se realizaban en los poblados los asados con cuero, al estilo aborigen, para agasajar a visitas especiales, como sucedió en el importante hotel del señor Agustín Pujol, en Trelew, ubicado donde hoy está el Touring Club, en Av. Fontana al 200, en una de esas ocasiones en el año 1908.

En el caso de los nativos asistían silenciosamente al “Eisteddfodau” (SIC). Con el correr de los años, sus descendientes también aprendieron a cantar y a recitar tanto en español como en galés y en la actualidad se ven participando niños con apellidos como Huichaqueo, Catrimil, Huintecoy.

Fragmentos del libro “Tehuelches y galeses, hermanos en el desierto”, de Stella Maris Dodd

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