Se edifica la Capilla de Moriah. Mi abuelo se encargaba de anunciar fielmente todos los domingos que el encuentro dominical era a las 18 horas, puntualmente. Un domingo, luego de la ceremonia, se levantó enérgicamente y dijo a toda voz y autoridad que el próximo domingo debían estar a las dieciocho horas en punto y no usar mentiras para disculparse. El segundo maestro de esa escuelita y primero a sueldo pagado por el gobierno fue A. J. Powell (Elaig) era inglés pero hablaba galés y castellano, ejerció un año, su carácter era agradable, era característico de él los ataques de risa. Una tarde cuando regresaba de la escuela al lugar en que se hospedaba, junto a un grupo de muchachos por la vera del río, le atacó la risa y cayó al agua, fue salvado por los muchachos. El señor Powell viajó a Buenos Aires, al regresar fue transportado desde el barco a la desembocadura del río en un bote. Eran dos pasajeros que abordaron, el señor Lewis Jones (Plas Hedd) y Powell, el bote se dio vuelta y se ahogó el maestro.
Los siguientes maestros fueron Dalar Evans, Thomas Pritchard pagados por cuotas voluntarias que aportaban los padres de los alumnos. Una vez inaugurada la capilla de Moriah, terminaron los servicios de la vieja escuelita, luego fue derrumbada por una inundación.
La escuela nueva era mucho más confortable. En el cementerio de la misma Capilla yacen los restos de nuestros padres, de los cuales recibimos la fe y nos indicaron el camino que aún hoy no hemos abandonado.
Fragmento de John Daniel Wvans “el molinero”, una historia entre Gales y la colonia 16 de octubre, traducido por Clery Evans.