viernes, 4 de octubre de 2024

En la costa de Chubut, las francas australes ya están cerca de la orilla en este paraíso de la Patagonia. Curiosas y confiadas, a veces se acercan a las embarcaciones. En ese caso, hay que apagar el motor y esperar a que se vayan. Roberto Listro, buzo y fotógrafo, relata un mágico encuentro con una ballena y su cría.

La ballena se acerca al bote, en seguida aparecerá su cría. Un momento inolvidable en Puerto Madryn.

Tener la suerte de vivir en Puerto Madryn, en donde año tras año vuelven las Ballenas Francas Australes a reproducirse y tener sus crías de junio a diciembre, es un privilegio y una gran responsabilidad a la vez. Este año las primeras ballenas llegaron a finales de abril. No es un lugar más, es un lugar muy importante para ellas, el cual eligen por sus aguas calmas y por el reparo que ofrecen sus costas al estar dentro de un golfo. Es un comportamiento transmitido de generación en generación, de madres a hijos.

En esta zona del Golfo Nuevo al igual que dentro del Golfo San José, esta prohibido acercarse a menos de 100 metros de una ballena. Ya sea navegando, buceando, nadando, remando o por cualquier otro medio. No es por capricho, es para no molestarlas mientras están con sus crías, algunas veces amamantando, en grupo de cópulas, o aunque una ballena esté sola, probablemente se encuentre descansando. Siempre hay que respetar su espacio para evitar interferir en su comportamiento natural.

Trabajar en el mar nos da la posibilidad de cruzarnos con ballenas varias veces en el año, pero rara vez las podemos ver tan de cerca. Si estamos navegando hacia un sitio de buceo y vemos una ballena a lo lejos, además de disminuir la velocidad, tenemos que cambiar nuestra trayectoria para pasar lejos de ellas.

Algunas veces como en este caso, ocurre que mientras detenemos la navegación, estamos amarrados en un Naufragio al que vamos a ir a bucear, o nos detenemos en lugares de poca profundidad para hacer bautismos de buceo, se acerque una ballena hacia nosotros por simple curiosidad.

Al acercarse levanta la cabeza fuera del agua, nos mira, se sumerge nuevamente, nada por debajo de la embarcación, tal vez repite el proceso una o dos veces y se va.

En ese caso lo único que podemos hacer es mantener el motor apagado, esperar a que se vaya, y mientras tanto disfrutar de su belleza en silencio y con toda la admiración que se merece.

No cabe dudas que para cualquier especie, su cría es lo más importante y es lo que más va a proteger. Sea una ballena, un perro doméstico o nosotros mismos los seres humanos.

Por lo tanto, que una ballena se acerque hacia nosotros con su ballenato, es un comportamiento que hace porque seguramente siente una confianza hacia nosotros, sabiendo que su cría no corre peligro. Es una confianza que debemos respetar, cuidar y mantener en el tiempo. Fué más emocionante ver esa confianza hacia nosotros, que poder verlas tan cerca nuestro.

Cuando veo este comportamiento, en donde una ballena se acerca hacia nosotros, me pongo a pensar si cuando vamos a un avistaje de ballenas embarcado en Puerto Pirámides, o las vemos desde la costa en Playa Las Canteras, ¿será que en realidad nosotros vamos a hacer un avistaje de ballenas, o serán ellas las que vienen a avistarnos a nosotros? Es solo un pensamiento personal. Mientras tanto, solo me resta pensar en la importancia de cuidar a una especie tan franca, que a la perfección hace honor a su nombre.

Fuente: Diario Río Negro

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