El empresario comodorense Javier Fernando Snidersich, titular de Pesquera del Sud y la planta Hielos de la Patagonia, en su carácter de armador y propietario del barco Don Domingo que naufragó a fines de julio pasado a pie de muelle, se manifestó públicamente para dar a conocer su versión de los hechos y explicar que el operativo de reflotamiento corrió por total cuenta de su empresa.
La embarcación siniestrada es de 18 metros de eslora y 60 metros cúbicos de bodega, que había sido comprada en Necochea y traída hasta el puerto de Comodoro para utilizar un permiso de pesca que tiene la planta, operando solamente a merluza en el golfo San Jorge, para abastecer el frigorífico Hielos de la Patagonia.
“Como armador no siento que perdí un bien económico, para mi fue como que perdí a alguien de mi familia; alguien que está conmigo, que se sienta en mi mesa, que está en mis deseos de feliz cumpleaños o Navidad; alguien que es parte de mi vida, eso es lo que siente un armador de los de antes”, manifestó en declaraciones a REVISTA PUERTO al graficar el fuerte impacto que le significó este acaecimiento.
Snidersich contó que desde la empresa “implementamos todos los medios para recuperar la embarcación, pero estuve 70 días con trabas de todo tipo, tanto de OPIP (el Centro Operativo de las Instalaciones Portuarias), Prefectura, Administración de Puerto, para que me autoricen a reflotar el barco”, detalló y “ahora veo que después que los sacamos, todos se atribuyen el logro del reflotamiento, cuando todo el esfuerzo y la inversión la realizó nuestra empresa”, clarificó respecto a las publicaciones de la Administración Portuaria que aseguran que había concluido con éxito el operativo de salvamento.
Por qué se hundió el barco
“Ahora veo que están todos contentos porque reflotamos el barco. Pero nadie me puede explicar por qué se hundió el barco. Es la pregunta que cabe hacerse. Como armador cumplí con mi responsabilidad. Desde el año 1980 que estoy acá y siempre que se hunden barcos los ha tenido que sacar el Puerto, y en este caso no le pedí un peso a nadie, sino que todo el operativo lo financió mi empresa”, dilucidó Javier Snidersich.
El empresario pesquero no tuvo reparos en afirmar que “hubo mucha gente que fue una máquina de impedir. Por ejemplo, la OPIP demoró mucho en autorizarnos a sacarlo cuando teníamos los medios para hacerlo antes que se desplazara más y se llenara de lodo”, referenció sobre las dilaciones que se generaron desde el ente portuario comodorense.
Cadena de responsabilidades
“El barco se hundió porque este es un puerto que está desprotegido de los vientos”, considera el propietario del barco Don Domingo que zozobró el pasado 29 de junio. “No hubo colaboración de la gente del remolcador. Cuando se cortan los primeros cabos el barco se da vuelta y queda pegado al remolcador. Si hubieran tirado dos o tres cabos nos hubieran salvado del hundimiento”, sostiene Snidersich al hacer una evaluación de cómo acontecieron los hechos aquel día. “No nos dejaron subir, ni nos bajaron la planchada para poder llegar al barco”, lamentó.
Denuncia judicial
Por otro lado, “Prefectura y bomberos no nos dejaron achicar porque íbamos a contaminar, sin tener en cuenta que se podía haber evitado un mal mayor. Estaban las condiciones para que no ocurriera esto. A mí me hundieron el barco y quiero a los responsables”, aseveró el empresario pesquero y armador.
“El barco se hundió porque alguien cortó los últimos cabos y se fue a pique. Esos últimos cabos no se cortaron solos. Pero resulta que nadie fue”, se quejó. “Ante esta situación he decidido ir a la Justicia Federal, que vayan todos a declarar y se investigue lo que realmente pasó”, reveló.
Medidas a destiempo
“Todos se lavaron las manos. El Puerto después de ese temporal tomó medidas de seguridad, permitieron amarren en otros sectores, pusieron lanchas para mover barcos. La Administración Portuaria hizo todo lo que tenía que hacer, después de lo que pasó”, cuestionó con vehemencia.
Estoy amarrado a unas instalaciones portuarias que me cobran un canon para estar ahí y cuando verdaderamente necesité colaboración de todos, fueron una máquina de impedir”, criticó al tiempo de señalar que esto lo hace público ahora que ya logró reflotar el buque y lo llevó al patio de su casa para evaluar qué hacer con la misma.
No obstante, Javier Snidersich, diferenció la falta de respuesta del Puerto, pero puso de relieve el trabajo y colaboración recibida por parte de Martín Bersán y Alejandro Anglesio.
“Desde 1980 que estoy acá y he visto que los barcos que se hunden los termina sacando el Puerto a su costo, y en este caso, no le pedí un centavo a nadie, la totalidad de costo lo asumí con mi empresa. Me siento desprotegido por el Puerto, pero a pesar de eso, no dejé el barco tirado. Cumplí mi responsabilidad de sacarlo y ahora puedo hablar y decir lo que pienso”, manifestó el dueño de Pesquera del Sud y de la planta Hielos de la Patagonia.
Sin temor a represalias
En cuanto al plan de salvamento para extraer la embarcación del lecho marino, contó que “lo hicimos con gente y empresas de Comodoro Rivadavia, con Claudio Crescenti y Ramón Montiel. No fue una tarea fácil, pero el objetivo se cumplió y el barco lo sacamos en setenta días, y lo pudimos haber hecho mucho antes si no nos hubieran puesto tantos palos en la rueda”, razonó.
“Esto tenía que decirlo para que se sepa. Yo no le debo nada a nadie. Todo lo que tengo me lo gané trabajando. Y si vienen consecuencias, por decir esto, que vengan las consecuencias”, sostuvo ante posibles represalias, al tiempo de reiterar que “voy a ir a la Justicia Federal para que se halle a los responsables”, concluyó.
Fuente: Revista Puerto