miércoles, 5 de febrero de 2025
El árbol es lo único que perdura del asentamiento original de Loyauté en el centro de Río Mayo. Foto A. Aguado.

El 5 de mayo, Loyauté se presentó en las oficinas de la Dirección de Tierras en Buenos Aires para solicitar el desalojo del español Grima. El Subsecretario del Ministerio del Interior le entrego a Loyauté una orden para ser presentada ante el Gobernador del Territorio del Chubut, en la que se ordenaba el desalojo.

El 19 de julio, José Folgueras, Subcomisario de Colonia Ensanche Sarmiento, notificó a Grima que debía abandonar el campo. Pero como el joven español no cumplió la orden, el 22 de agosto Folgueras se presentó ante Grima acompañado de un agente de policía y tres vecinos: Héctor Sánchez, Jorge Givelli, y José Sánchez Santos. Portaban Winchester y una carabina. Pese a la intimidatoria presencia de los hombres armados, Grima se negó a acatar la orden de desalojo aduciendo que las construcciones y el ganado pertenecían a su padre, quien residía en Colonia Sarmiento. El Subcomisario le dio como último plazo hasta el mediodía del día siguiente. Esa noche, los colonos y los agentes se hospedaron en la vivienda de Loyauté.

A las cinco de la madrugada, el Subcomisario, sus tres acompañantes y otros cuatro hombres que se les sumaron esa noche, (Manuel Pernas, Camilo Almeida -peón de Loyauté-, Herrera y el italiano Camilo Cayelli) se apostaron en tomo a la vivienda de Grima. Sin previo aviso, comenzaron a disparar sus armas. Grima respondió al fuego y, pese a la superioridad numérica de los atacantes, logró huir. Del valle del río Mayo se dirigió directamente a la Jefatura de Policía, en Rawson, para realizar la denuncia pertinente. Pero como su reclamo no fue escuchado, viajó a Colonia Sarmiento para ver a su padre. Allí supo lo que ocurrió luego que abandonó el río Mayo: el Subcomisario y los demás hombres le demolieron la vivienda de adobe y le prendieron fuego la pieza de chapa y un corral. Le destruyeron la totalidad de sus bienes. En cuanto a su ganado, el mismo le fue otorgado al indígena Jerónimo Malienqueu. Grima apenas pudo recuperar algunas herramientas. El hecho quedó en el olvido porque, según figura en expedientes, Grima era una persona de malos antecedentes.

Algunos vecinos que en un principio firmaron una nota de protesta a favor del español, luego se retractaron afirmando que en su momento lo hicieron por temor a represalias por parte de Grima. En otra ocasión, el oportuno arribo de una comisión policial le salvó la vida a Loyauté y su familia. Los policías andaban tras los pasos de unos bandoleros que habían cometido varios crímenes. En la vivienda de Loyauté los policías interrogaron a uno de los peones, quien terminó confesando que los bandoleros que buscaban estaban escondidos cerca de la casa del francés. Esa misma noche iban a asaltar la propiedad del francés y matar a todos los que encontraran. El peón se había confabulado con los bandoleros, que fueron apresados ese mismo día.

Los que visitaban el comercio de Loyauté protagonizaban frecuentes peleas que se resolvían a los tiros. En esas ocasiones los hijos del francés se escondían en el depósito de mercaderías, protegiéndose entre bolsas de harina de posibles balas perdidas.

La primera mujer de Loyauté falleció en Francia en 1919. Recién entonces Loyauté legalizó su situación con su segunda mujer. En enero de 1920 Loyauté contrajo matrimonio con Rosalía Hutnik, la mujer con la que había compartido la mayor parte de su vida. Se casaron en el Juzgado de Paz de Colonia Ensanche Sarmiento. Oficiaron de testigos los colonos Arturo Avendaño, Juan Hutnik, Dositeo Hermida y Camilo Cayelli.

Emilio Loyauté Pierre falleció el 20 de noviembre de 1920, a los 63 años de edad. En abril de 1925 falleció su mujer, Rosalía Hutnik, a los 42 años de edad.

Libro “La colonización del oeste de la Patagonia central”, de Alejandro Aguado

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