domingo, 27 de julio de 2025
Alumnos de la antigua escuela de la colonia pastoril Cushamen en 1922

“Ustedes pueden ver toda esta Escuela construida con nuestras propias manos. Este salón en que nos reunimos ayer aún espera a los alumnos nuestros, que no tengan que ir a la Escuela de Leleque. Queremos nuestra escuela, ya está todo preparado. Ustedes han visto la cocina, los baños, este gran salón, todo preparado; pero falta la autorización del Ministerio para que funcione como Escuela”

Aun cuando en la historia de la zona de Cushamen la escuela fue una cuestión muy importante para los pobladores, que los llevó a construir tempranamente su propio establecimiento escolar bajo la gestión de su referente, Nancuche Nahuelquir.

Este, creado oficialmente el 30 de enero de 1903, fue conocido como Escuela Nacional N°15, ahora Escuela Provincial N°69. Así comenta sobre la misma un cronista insospechado de indigenismo, tras su paso por la zona en 1906. Dice el explorador alemán Whilheim Vallentin:

“En Cushamen, además, hay una escuela del estado. Se encuentra bajo el mando de un español. El buen don Vicente Herrero, que junto a su mujer de baja estatura enseñan los conocimientos básicos, como la lectura, la escritura y los cálculos a los 53 alumnos y 7 alumnas. Generalmente se trata de niños indígenas de la colonia. Sin embargo también asisten a la escuela hijos de gente europea de lugares cercanos. Es sorprendente observar la inteligencia natural y la rapidez con la que los chicos de piel marrón y ojos oscuros captan las materias. Casi todos llegan a la escuela sin saber una palabra de castellano, y dentro de un solo año lo dominan de manera fluida. (…). Quedé boquiabierto al ver de lo que estos chicos indígenas ‘semisalvajes’ son capaces, estos descendientes de una raza que a menudo ha sido tildada y tratada como inferior…”.

Vallentin reproduce así, con cierta ironía, los prejuicios y comentarios discriminatorios de la época hacia las poblaciones aborígenes, en una operación doble; la de mostrar realidades y advertir sobre esos discursos colonialistas por los cuales se legitimaban los despojos y muchas otras formas del racismo, a pesar de que él mismo es un agente imperial en busca de tierras colonizables, y no es ajeno a esta visión.

Por otro lado, la valoración de la propia comunidad en la educación de sus niños fue destacada pocos años más tarde por Marcelino Martínez, supervisor del Territorio del Chubut a principios del siglo XX. Dice en su libro de 1913 que Cushamen tiene tres escuelas nacionales, “dos de ellas construidas por los mismos pobladores y donadas o cedidas gratuitamente al Ministerio de Educación de la Nación”.

Libro “Lelek Aike”, de Liliana Pérez

 

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