jueves, 7 de agosto de 2025

La Meseta Central de Chubut atraviesa una crisis profunda que combina factores climáticos, económicos y sociales: campos abandonados, productores que migran por falta de oportunidades, escasez de agua, avance de predadores como pumas y jabalíes, y el impacto de nuevos emprendimientos como los parques eólicos sobre tierras históricamente productivas. El reclamo por una emergencia económica para la región fue impulsado desde abril por organizaciones rurales, pero hasta el momento no ha tenido un tratamiento concreto en la Legislatura.

En ese marco, en los últimos días se realizó en Rawson una reunión entre referentes de la Meseta y autoridades provinciales, en la que se plantearon las urgencias del territorio y se obtuvieron algunos compromisos. Uno de los principales voceros fue Alejandro Fernández, presidente de la cooperativa agropecuaria Lonco Trapial, quien destacó que el encuentro fue un primer paso positivo, aunque advirtió que es necesario un seguimiento constante para evitar que todo quede en promesas.

“Fue bastante interesante. Participaron diputados, el vicegobernador Gustavo Menna, ministros del Ejecutivo, representantes de Medio Ambiente, Vialidad, Recursos Hídricos e IPA. Se entendió la problemática y se empezó a trabajar desde ese mismo día”, aseguró Fernández.

El temario abordado fue amplio: escasez de agua, control de fauna depredadora, recuperación de campos abandonados y la necesidad de políticas urgentes para evitar el colapso de la economía rural en la región. A pesar de que no se avanzó aún con la declaración formal de la emergencia, Fernández indicó que sí se asumieron compromisos sobre los puntos más críticos.

“El tema del agua y los predadores fue tomado como prioritario. El IPA y el Ministerio de Producción se comprometieron a actuar en zonas como Gastre, El Mirasol, Blancuntre y Lagunita Salada. En un mes deberían empezar a llegar soluciones concretas”, señaló. También se acordó avanzar sobre el control de jabalíes -considerados especie exótica invasora- y se mencionó la posibilidad de acompañar a los productores que asumen tareas de control.

Un punto sensible fue el de los campos vacíos, muchos de ellos abandonados tras el desembarco de proyectos energéticos. “Se convocó al IAC para empezar a trabajar sobre esas tierras. La idea es evitar que el abandono genere más espacio para los predadores y se agrave el problema”, explicó Fernández.

Además de las organizaciones rurales, participaron de la reunión jefes comunales de Lagunita Salada, Paso del Sapo, Gan Gan y Paso de Indios, quienes acompañaron el reclamo de medidas inmediatas. “Si no llevábamos nosotros los temas servidos a la mesa, no se trataban. Por eso decidimos organizarnos y exigir respuestas”, remarcó el dirigente.

Aunque los compromisos fueron valorados, Fernández fue enfático en la necesidad de sostener la presión: “No podemos quedarnos tranquilos. Hay que seguir golpeando puertas todos los días para que no se siga pasando el tiempo. Hay promesas, ahora esperamos que se cumplan”, concluyó.

 

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