Marzo fue en su totalidad, un mes de agitados debates públicos en la localidad, pues se estaba en plena campaña política y la oposición hacía todo lo posible por derrotar a los oficialistas, cuyo jefe máximo era el Sr. Martín Cutillo, a la vez presidente del H. Concejo Municipal. Para reforzar sus argumentos la oposición se valió del Presupuesto de Cálculos y Recursos para el año 1933, publicado en esos días por la Municipalidad, el que ascendía a la suma de $ 132.384,23 m/n, de cuyo importe el 50% se destinaba al pago de sueldos y jornales de su personal, el que insumía un total de $ 65.630 m/n.
La oposición, encabezada por el Sr. Arturo L. Aguirre y el Dr. Jaime González Bonorino, elegidos como candidatos a Concejales por el Partido Unión Democrática, consideraba que tal plantel de empleados representaba un verdadero despilfarro de los dineros del pueblo, pero la verdad sea dicha, se trataba del mínimo posible para atender a los múltiples problemas propios de todo pueblo que se desarrollaba y expandía en forma incesante, originando la demanda de nuevos servicios de limpieza, aguas corrientes y alumbrado público. Analizando el cuadro anterior nos encontramos con que para atender en las oficinas al público, atender las recaudaciones y ejercer de Secretario de Actas del H. Concejo, incluido el Ordenanza, sólo había seis empleados; para los servicios de limpieza y conservación de calles urbanas y caminos del Valle, quince; para el servicio de Bombeo de Aguas Corrientes se empleaban cuatro personas, mientras que la Salud Pública se atendía con un solo médico; en el cuidado de la Plaza se ocupaba tres personas y en el Cementerio sólo había una, que hacía las veces de peón y encargado. Sinceramente todo esto era imposible atenderlo con menos personal.