Nació en Cataluña, España, el 22/03/1819. Ya marino, arribó a nuestro país a la edad de 24 años, e ingresó a la escuadra argentina en 1843.
Luego de una serie de acciones bélicas, actuó en la expedición de 1878 al río Santa Cruz, con la llamada División Naval Argentina. Cumplió, así, 41 años al servicio de nuestro país.
La Expedición:
El apresamiento ilegal de las embarcaciones Jeanne Amélie y Devonshire por parte del gobierno chileno en Santa Cruz, provocó que el presidente Avellaneda enviara, en 1878, a una de las dos divisiones navales de nuestra flota, poniendo al frente de la misma al coronel de marina Luis Py.
En esos momentos, Chile disponía de una regular escuadra de mar -la nuestra era fluvial-, superior a nuestros barcos en número y poder de fuego. No obstante, la División Naval tenía orden de desalojar del río Santa Cruz a los chilenos invasores e imponer la soberanía nacional, es decir, que el comodoro Py no iba para negociar.
El historiador Armando Braun Menéndez, así recargó en una de sus obras el evidente saldo negativo para nuestros soldados si se hubiera producido el conflicto armado: “Estas bombarderas construidas para ser empleadas desde un seguro fondeadero contra blancos inmóviles: plazas fuertes, poblaciones, campamentos, etc., se verían en aprietos en un combate en alta mar, para impedir el ser flanqueadas, indefensas, por el fuego enemigo”.
Por último, para la ocupación militar de Santa Cruz, la escuadra del comodoro Py llevaba como única tropa de desembarco una escasa compañía del Regimiento de Artillería de Plaza, y además sin cañones de acompañamiento. No es pues aventurado prever que de producirse un encuentro, debido a la superioridad de las naves chilenas y contando por ambos lados una igual preparación militar y un tradicional empeño de vencer o morir, no hubiese quedado a flote un solo buque de la escuadra del comodoro Py”.
Braun Menéndez no contempla que luego de librada la batalla, y cualquiera hubiera sido el resultado, el enfrentamiento habría seguido a lo largo de la cordillera de los Andes.
La flotilla estuvo conformada por las siguientes embarcaciones: monitor Los Andes – Ceferino Ramírez-, cañonera Uruguay -Martín Guerrico-, bombardera Constitución Juan Cabassa-, bombardera República -Daniel de Solier-, y corbeta Cabo de Hornos -de Luis Piedra Buena-, más un destacamento del ejército, a las órdenes del sargento mayor Félix Adalid con 100 hombres para tomar posesión de la margen sur del río Santa Cruz y los cadetes de la Escuela Naval, quienes rindieron exámenes para guardiamarinas el 17 de diciembre, en aguas patagónicas.
El 11/11/1878 zarpó una parte de la División rumbo a las costas patagónicas, donde las primeras naves arribaron el día 25. Mientras tanto, la escuadra chilena llenaba sus carboneras en el puerto de Lota para ir a su encuentro, aunque no llegó a zarpar, dando motivos a suponer que simplemente hiciera maniobras de presión hacia el gobierno argentino.
Entretanto, en ambas capitales se sucedían manifestaciones de exaltados, mientras el presidente chileno -Aníbal Pinto- dirigía los más duros calificativos a los políticos y a las turbas que querían comprometer a su país en una guerra torpe e injustificada.
Pero, impotente para rebajar la tensión, pidió soluciones a las autoridades argentinas. Fue cuando el ministro de guerra -Cornelio Saavedra- le solicitó a Mariano Sarratea “que buscara un pretexto para que no se batan las escuadras y para que economicemos a la América el escándalo de este cataclismo fraternal”.