domingo, 14 de septiembre de 2025

La situación no se resuelve con el envió de los números desocupados en los barcos de YPF a Bahía Blanca, trabajadores que vieron en esta su posibilidad para encontrar una mejor perspectiva de vida. La falta de trabajo se hace visible sobre fines de 1932, con la instalación de una olla popular en un galpón, ubicado en Rivadavia al 100, donde décadas después funcionará el hotel Austral. Entre el 30 de noviembre y el 27 de diciembre, existe como símbolo de la lucha por un trabajo o un subsidio para quienes no contaban con un empleo.

El Concejo y la Municipalidad dan todas las facilidades para esta manera de protestar y de comer elegida para demostrar el problema de la comunidad. Diariamente, alimentan con lo producido en esta gran cacerola a quienes se habían quedado sin trabajo, confiados en que de esta manera se iba a revertir la situación.

Sin embargo, ese martes posterior a Navidad, la olla popular deja de funcionar “por haberse cumplido con exceso el término fijado al constituirse y haberse agotado los fondos que para tal fin se habían recolectado”, de acuerdo con las palabras de Stafforini.

Se retiran entonces las cañerías de gas y agua, canilla y medidor y demás muebles, facilitados por la Municipalidad “para poder cumplir esta misión”, dice el texto con el cual se declara su fin.

Pero con ello no se termina el problema de la falta de empleo y, el 29 de diciembre, Ciarlotti, presidente del Honorable Concejo, recibe una nota donde le comunican que se acaba de formar un comité de desocupados. La flamante entidad está organizada por la Unión General Obreros del Pueblo y su principal solicitud era de un trabajo o un subsidio de dos pesos para los solteros y de tres para los casados. Este último es justamente el jornal de un peón municipal en esos días.

Santos como secretario del Comité y Klinoviz como secretario de la UGOP firman las notas entregadas a Ciarlotti y Stafforini. Desde el Concejo le responden, al día siguiente, que “esta Municipalidad procura por todos los medios solucionar la situación creada por la desocupación obrera y, en cuanto al subsidio demandado, no es atribución municipal ni está en las disposiciones vigentes darlo”.

También, el comisionado asegura que se realiza “toda clase de esfuerzos para poder dar trabajo a los desocupados” y el subsidio no tiene respuesta favorable, ya que “no es atribución municipal ni está en las disposiciones vigentes poder hacerlo”.

 

Fragmento del libro “Crónicas del centenario”

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