Si la escuela primaria procedía, en parte de la Ley 1.420, que algunas provincias no aplicaron o lo hicieron parcialmente, la secundaria venía de los viejos planes de la Escuela Nacional de la época de Mitre. Las escuelas comerciales databan de la presidencia de Luis Sáenz Peña y los planes de formación terciaria y artística cargados de cosmopolitismo procedían de fines del siglo XIX. La primera escuela industrial se creó recién en 1899 y algunas escuelas de artes y oficios en la época de Yrigoyen, pero bien pronto sus egresados advertían que sus saberes no tenían colocación en una estructura estáticamente pastoril. La modificación de este cuadro impulsó a concebir una nueva educación.
La educación y sus realizaciones
Por los Decretos Nos. 14.538/44 y 6.643/45 se formó la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional. Entre otros, participaron de la creación del proyecto don Juan Gómez Araujo, Armando Moirano, Guillermo Aubone y Carlos Zamboni. La Ley 12.921/46 la confirma y amplia sus facultades.
Hacia 1951 se contabilizan 286 escuelas fábricas, 106 de medio turno; 304 escuelas de aprendizaje y 78 de capacitación profesional para mujeres. Las misiones monotécnicas, el mejoramiento de las antiguas escuelas de oficios y la creación del Instituto de Psicotécnica y Orientación Profesional, también son logros de la Comisión Nacional de Aprendizaje y Orientación Profesional. Como culminación de esta tarea se organiza en virtud de la Ley 13.299/48, la actual Universidad Tecnológica Nacional, llamada entonces Universidad Obrera El esfuerzo financiero fue ponderable. En 1946 los fondos dedicados a la educación no llegaban a los 300 millones de pesos; en el presupuesto de 1955 alcanzaban a 3.000 millones de pesos.
En 1945 existían en el país 15% de analfabetos, en 1955, solamente el 3%.
En 1947 comenzaron a aplicarse los planes de edificación escolar previstos en el Plan Quinquenal. Desde esa época hasta 1955 se construyeron cerca de ocho mil edificios para escuelas de todo tipo, cómodas y adecuadas a las zonas donde se levantaban. A esas construcciones escolares deben sumarse 38 nuevos edificios para la enseñanza secundaria -con más de 500 aulas en total- con un costo de 76 millones de pesos y 18 nuevos edificios universitarios en los que se han invertido 120 millones de pesos. Los fondos del presupuesto destinados a educación para los ejercicios 1953 y 1954 sumaban 1.230.378.493 pesos contra 285 millones en 1946.
Fueron varios los congresos y eventos de carácter científico, las competencias deportivas interuniversitarias y entre escuelas secundarias que se realizaron. También se construyeron residencias estudiantiles como la Ciudad Universitaria de Tucumán y la de Núñez, en Buenos Aires, para mejorar las condiciones de la educación.
El gobierno favoreció la formación del clero de la Iglesia Católica. Las primeras escuelas adscriptas al sistema educativo funcionaron en los seminarios. Mediante ese método, el Estado daba la posibilidad a los estudiantes que seguían la carrera religiosa o eclesiástica, de acceder a los estudios primarios y secundarios. En una primera etapa, el Ministerio de Educación enviaba profesores para que tomaran examen a los alumnos en esos lugares de formación. En una segunda etapa, cuando los seminarios tuvieron sus propios maestros y profesores titulados, el gobierno subsidiaba los sueldos de esos docentes.
La construcción de varios edificios para los seminarios datan de aquella época. Los de Córdoba, Villa Devoto, Santa Fe, Azul, Resistencia y el cercano de Punta Alta, y otros más que el gobierno subsidió, marcan el interés del gobierno por la formación de un clero con un sentido regional y popular. Este nuevo clero suplantaría paulatinamente al viejo clero y a los numerosos religiosos extranjeros que habían llegado al país.
Los sueldos docentes mejoraron notablemente en todos los niveles. Además del perfeccionamiento docente puesto al alcance de todos, se creó, en 1949 la Casa del Docente y del Estudiante Argentino, primero en Buenos Aires y después en otras ciudades del interior.
El gobierno peronista dio un paso revolucionario para la época; en junio de 1949 suprimió los aranceles para cursar estudios superiores con lo que dio entrada a las aulas a una vasta franja de la sociedad argentina que hasta entonces permanecía afuera. Se rompió así el viejo círculo oligárquico que proyectaba sus intereses y sus conveniencias de clase dirigente sobre el modelo universitario cerrado al pueblo.
La población estudiantil que en 1943 era de 63.319 alumnos se incrementó a 201.437 en 1949 y en 1955 se registran 374.560 alumnos. El presupuesto universitario saltaría de 41 millones en 1943 a 200 millones en 1949 y 257 millones en 1955.
Se crearon en las universidades de todo el país diez nuevas facultades de carreras que representaban las nuevas expectativas de la época. Nuevos edificios se construyeron en varias universidades, algunos de notable factura arquitectónica, como la Facultad de Derecho de la U.B.A. y la Facultad de Medicina.
Fragmento del libro “Historia Argentina”, de José María Rosa

