domingo, 2 de noviembre de 2025

 

Nació en el año 1925 en Corcovado. Sus padres llegaron a estas tierras alrededor de 1900 y 1905. Ellos fueron siete hermanos, cinco mujeres y dos hombres. Su padre era talabartero, herrero y agricultor.

“En aquella época solo había dos o tres casas, la nuestra estaba a orillas del Carbón.”

“Él vivió en la Colonia 16 de Octubre y solía viajar a Trelew en vagoneta, pues allí tenía una chacra.

Mi madre era de Río Pico, Mercedes Cadagan, allí la conoció mi padre. Sembrábamos trigo, teníamos que lo habíamos traído de Norteamérica con el cual se hacían harina y ñaco.

Cuando mi padre murió yo tenía 4 años. En el año 29 en el mes de abril se nos quema la casa que era de pared francesa y de ahí se tienen que trasladar a la escuela. Fue en septiembre de ese año que mi padre enferma y fallece.

Después nos mudamos a la casa de palos amordazados, mi madre mandó a hacer una pieza que la construye Francisco Tamallo.

Para trabajar la tierra se contrataba gente porque todo se hacía con bueyes.

Fui a la escuela hasta tercer grado que equivalía a un séptimo de ahora y a los doce años salí de la escuela.

Los maestros más antiguos fueron Sánchez, César Cedrón, Resani y hay algunos que no recuerdo.

Se hacían fiestas muy lindas, juegos hípicos en la pampa donde está el Barrio Área de Frontera, eran divertidas y se solían hacer para 25 de mayo y 31 de diciembre. Las organizaban los maestros.

Mi cuñado que era maestro se había hecho un puntero con caña colihue, con él le pegaba a los chicos que se portaban mal y la penitencia era de rodillas sobre ladrillos o maiz.

Mi madre luego se volvió a casar y tuvo un hijo, Ernesto Bravo, se casó con Lucas Bravo.

Yo a los 14 años ya me dedicaba a la cría de hacienda.

Mi esposa, Elena Troncoso, la conocí acá. Ella nació en 1929 y nos casamos en el ’44 y tuvimos nueve hijos, cinco varones y cuatro mujeres.

En algún momento tuvimos intenciones de irnos a vivir a la costa pero como mi mamá era viuda y me pedía siempre que la ayudara, me quedé.

La gente antes era muy unida, donde alguien se enfermaba o necesitaba algo todos estaban allí.

Como anécdota les puedo contar que la primera vez que se votó fue para la reelección de Perón. Antes se votaba en todos lados menos acá.

Para trabajar la tierra se contrataba gente porque todo se hacía con bueyes.

Nacida el 2 de noviembre de 1914 en Chile. Llegó a Corcovado en 1950 acompañada de su marido Andrés Contreras. Él quería instalar una tienda porque vendia гора.

“Vinimos de Chile con pilchero y una yunta de bueyes donde traíamos las cosas.

Mi primer marido viajó a Buenos Aires a comprar ropa para la tienda, lamentablemente tuvo un accidente y falleció. Quedé sola con mis hijos. Después en un paraje cercano a Lago Rosario conocí a mi segundo marido Agapito Jaramillo, en una estancia trabajaba como cocinera. Luego estuvimos en Cerro Centinela trabajando y por último vinimos a Corcovado. Con él tuve cinco hijos.

Para poder vivir ayudaba a mi marido haciendo huerta, sembraba de todo, papa, arvejas, habas, lechuga, acelga. Siempre que alguien nos pedía algo le dábamos, me gustó siempre compartir todo lo que tenía.

También me dediqué a tejer en telar, lavaba mi propia lana con agua bien caliente para hilarla a mano Tejía ponchos, peleras, matrones y teñía la lana con raíces de árboles y arbustos.

Todavía tejo medias a palillo. Me encanta levantarme bien temprano y sigo haciendo quinta.

Antes la vida era muy tranquila, todo el tiempo trabajando. No iba a los bailes pero siempre fui a las fiestas del pueblo.

“Mi marido trabajó mucho tiempo en el aserradero como calderista, luego como serenó y después se jubiló”.

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