jueves, 13 de noviembre de 2025
Foto Jorge Barzini

John Crockett llegó a Tir Halen en 1918; allí utilizó todos sus conocimientos de ingeniería y topografía para ponerlos al servicio de la construcción de lo que se conoce como el canal de Crockett, obra hídrica fundamental en la configuración agraria de 28 de Julio y referencia geográfica citada obligadamente en las charlas de los chacareros.

Durante los primeros años de la década de 1920 le es adjudicada una parcela importante de campo para ubicar en ese lugar una turbina con el propósito de facilitar el riego de la parte alta de la meseta. Por aquellos años también introdujo en esa zona del valle la raza de carneros Rambullet.

El Dr. Juan Carlos Guerra (Kuky) recordó en una síntesis ofrecida al Diario El Chubut algunos aspectos de la figura de este quimérico personaje en relación con los reveladores aportes realizados a nuestro valle: “[…] Benito Calvo y sus hijos Chiche y Carlos [que] tenían como obsesión llevar agua a un campo de su propiedad sito en la meseta patagónica, carente de dicho vital elemento para su hacienda que hacía necesario su transporte mediante camiones y que se encuentra relativamente cerca del emprendimiento de Crockett.

. Desde la década del 80 comenzaron a adquirir y acumular caños en desuso destinados a la explotación petrolera, de 9 metros de largo y 3 pulgadas de espesor, roscados en sus extremos en un total de casi novecientos caños. Al mismo tiempo también adquirieron una bomba de dos pistones para petróleo y una caseta que utilizó en su momento Gas del Estado para proteger motobombeadores de gas. Con dichos elementos, con más empeño que recursos financieros, con tenacidad, con constante esfuerzo, fueron enroscando uno a uno los cerca de 900 caños, colocándolos sobre neumáticos en desuso a razón de no menos de uno por caño, generando un acueducto de hierro de alrededor de 8 kilómetros que une el valle con la meseta, a unos 200 metros de altura, para seguir luego colocando manguera por otros 13 kilómetros, totalizando 21 kms. (21.000 metros) de acueducto para llevar el agua tan deseada. Este esfuerzo, narrado tan sencillo, no puede ocultar la necesidad de trasladar todo el material referido hasta el lugar de su colocación que evidentemente cumple con el axioma «Tiempo y Esfuerzo». La segunda meta fue conseguir impulsar el agua desde el valle a la meseta, lograda mediante la aplicación de un motor a la bomba de dos pistones ya referida. Esa etapa requirió alargar el canal de Crockett y generar un embalse para poder desde allí alimentar la bomba impulsora, procedimiento éste muy costoso por el alto valor que logró el gas-oil.

Fue en dicho instante que terminan de unirse las personalidades de Crockett el pionero y el grupo Calvo ya que extienden la cañería hasta el mismo lugar donde Crockett puso la turbina y tomando la idea del primero generó un embalse de agua que en su mayor caudal se dirige a través de un conducto hacia una nueva turbina moderna que mueve un eje que transmite 70 caballos de fuerza. Esta fuerza es aprovechada para mover los pistones que bombea el agua que alimenta los mismos y que tiene su origen en el citado embalse y posterior proceso de decantación. Y la meta final fue lograda como fruto de la tenacidad, del esfuerzo, de la constancia, de la fe puesta en la consecución del objetivo final, sin que hayan faltado los sinsabores, los contratiempos, las angustias financieras, las postergaciones de otros objetivos o necesidades…”.

John W. Crockett falleció en Buenos Aires en 1938. Su figura es y será recordada a través de las diferentes generaciones de agricultores de 28 de Julio puesto que fue un inmigrante próspero que supo reconocer en esta porción del valle un lugar propicio y fecundo para el crecimiento productivo y económico de la provincia y la región.

 

Por Silvia Adriana Zamarreño

Compartir.

Dejar un comentario