Cada almacén de ramos generales, a pesar de variar en el sitio de localización, poseía características similares, algunos sumaban a sus servicios un pequeño hotel, un taller, una herrería, un bar o “Boliche” y con el tiempo y la aparición del automóvil, algunos surtidores de nafta y casa de repuestos, otra característica en común de estos “emprendimientos anexos” pasaba por su o sus propietarios y administradores, todos pertenecían y le daban ganancias a un solo hombre o a unos pocos socios, el mismo o los mismos que eran dueños del almacén de ramos generales, la zona se poblaba así en medio de nuevos negocios y transacciones, sin embargo y a pesar de este evidente crecimiento, recién a mediados de la década de 1930 dio comienzo la construcción de los primeros edificios públicos que Ilevaron formalidad al interior, en Gastre, esta etapa dio inicio con la construcción de una escuela, una oficina de correos, el destacamento de policía y más tarde el juzgado de paz, en referencia a este último organismo, estuvo ubicado primeramente en la zona de Colelache, quizás hacia 1910 y hasta 1913, fue su titular el Sr. José Máximo Ayestarán, aunque hay documentos que demuestran que su suegro, Eduardo Crespo, quien residía en las cercanías, también desempeñó de manera extraoficial el cargo, seguramente en oportunidad de que Ayestarán se encontrara ausente atendiendo otras cuestiones.
El local comercial y la “Casa de Piedra” se constituyeron muy pronto en el punto de encuentro de las comparsas de esquila y en varias ocasiones brindaron abrigo y comida a algún viajero que se aventuraba a cruzar la árida meseta. En épocas de consolidación de estos primeros asentamientos, el interior de estas estructuras era testigo de reuniones, a veces programadas y en otros casos espontáneas, donde participaba tanto la población local como los viajantes, el propietario y sus empleados recibían, además, a los agentes gubernamentales en sus giras, a los docentes pioneros en educación y los encargados o dueños de los campos cercanos al pequeño poblado. Estos comerciantes, que en principio fueron ambulantes, edificaron e instalaron estos “boliches” en puntos estratégicos a lo largo del camino, como consecuencia, a su alrededor se nuclearon grupos de estancieros, trabajadores y criadores de ovinos con los que negociaban los productos ofrecidos a cuenta de zafra de la lana y las pieles producto de la caza.
Libreta de enrolamiento del Sr. Santos Ortega, nacido el 2 de septiembre de 1876 en la localidad de Río Grande, provincia de Mendoza, y abuelo materno de Esteban Hueche, actual poblador de Gastre. Fue solicitada por “Renovación”, en las oficinas de Colelache el día 15 de noviembre de 1911, en ella figuran datos esenciales del enrolado y la firma de Eduardo Crespo, suegro de Ayestarán, el Juez de Paz oficial, quién quizás no estaba ese día en el lugar.
Con el tiempo, estos emprendimientos, pasaron de simples boliches a almacenes de ramos generales con expendio de alimentos secos, conservas en latas, harinas, forraje, azúcar, yerba, fideos, café y gran variedad de bebidas alcohólicas, además ofrecían productos como vestimenta y calzado, artículos de ferretería y enseres para el campo, en el caso de Gastre y posiblemente en otros almacenes también, los clientes además, tenían acceso a algún tipo de armamento y mayormente a municiones, balas y pólvora, estos mercaderes y/o comerciantes, como Agustín Pujol y otros tantos, se vinculaban a negocios más grandes y mejor surtidos de la zona costera del Chubut y del sur de la provincia de Río Negro, donde obtenían mercadería a crédito o mucho mejor aún y más redituable, como en el caso de Pujol, tanto el negocio mayorista como el minorista eran propiedad del mismo comerciante. El crecimiento demográfico que implicó esta explosión comercial y la instalación de locales y proveedurías, necesitó de instituciones que administraran y registraran los sucesos sociales, por ello es válido decir que los almacenes y los centros de producción ovina provocaron la instalación de escuelas y juzgados de paz que fueron con el tiempo el origen de los pueblos y aldeas de la región, sin duda de esto se desprende que todas las localidades de la meseta posean un origen en la economía agroexportadora de la Patagonia, mayoritariamente ligada a la producción de lana. Si bien cada uno de los pueblos que hicieron su aparición durante el período fueron, y aún siguen siendo pequeños y escasamente poblados, es destacable la velocidad con la que incrementaron su densidad de población, esto puede verificarse en la instalación y apertura de veintitrés escuelas antes de finalizar la década de 1950, algunas de ellas, diez en total, todavía siguen prestando sus servicios y funcionando de manera normal, se encuentran en las localidades de Gastre, GanGan, Telsen, Sepaucal, Lagunita Salada, YalaLaubat, Chacay Oeste, El Escorial, El Mirasol, y Blancuntre, aún mejor, tanto en Gastre como en Gan Gan se han abierto colegios secundarios, siendo la experiencia del Colegio Segundario Rural 7771, inaugurado el 28 de marzo de 2011, la que ha registrado enormes avances en cuanto a la implementación de la enseñanza en nivel medios dentro de la meseta, en el caso de Gan Gan el colegio secundario bajo número de identificación 7723 es de inauguración más reciente y se inaugura al año 2013, cabe destacar que para funcionar ambas instituciones han necesitado de infraestructura previa, que corresponde a escuela primaria que le aportaron apoyo edilicio, prestando aulas y otras instalaciones.
Fragmento libro “Gastre, retrospectiva histórica”, de Carlos Adrián Tissera

