martes, 25 de noviembre de 2025

 El trabajo de un brigadista conlleva muchas responsabilidades; desde la concientización hasta la disponibilidad horaria, sobre todo, en temporada de incendios. El compromiso y el sostén familiar son elementos clave para llevar adelante el oficio.

 

La vocación de brigadista es una fuerte llamada interior a servir y proteger, caracterizada por la entrega, el compromiso y la capacidad de mantener la calma en situaciones de alto riesgo. Se trata de una combinación de disciplina, valentía y un profundo sentido de responsabilidad hacia la comunidad y la vida, que impulsa a una persona a formarse y estar preparada para responder en emergencias como incendios, desastres naturales o accidentes.

  En la zona cordillerana de Chubut, cargada de bosques y diversa vegetación, la figura del brigadista toma más peso, teniendo en cuenta las últimas experiencias vinculadas a siniestros ígneos que han afectado tanto al paisaje.

Daniel Catalán, es uno de ellos; uno de los tantos brigadistas que cada año, atiende las diversas problemáticas que la profesión requiere; y cuando no, se encarga de concientizar a la comunidad sobre el cuidado de nuestros espacios.

Daniel tiene 43 años y es oriundo de Trevelin. Actualmente se desempeña como radio operador en el Servicio Provincial de Manejo del Fuego, labor que mantiene desde el año 2006. Además, es artesano marroquinero.

Daniel lleva casi 20 años desempeñándose en el SPMF.

En diálogo con La Voz de Chubut, comenta sobre su trabajo y la pasión con la que lo transita, pregonando la concientización hacia la comunidad para enriquecer los conocimientos de las generaciones futuras.

“Estudié el profesorado de música, me faltaron materias para recibirme; la música y la poesía forman parte importante de mí tiempo cuando no estoy en la brigada”, destaca en principio, recordando además que, se anotó en el concurso de ingreso a la brigada “sin saber bien de qué se trataba”.

“Yo había trabajado en el campo después en diversos oficios en el pueblo, ayudante de albañil, plomería, gasista, electricidad, en empresas de construcción como Simeoni y en el aserradero Trevelin. Paralelo a eso terminaba el secundario en el comercial nocturno de la Escuela 705. Escuché en la radio la convocatoria a ingreso y me anoté”

Daniel recuera que rindió el ingreso y quedó: “Primero como combatiente y luego a la sala de radio. Estuve tres años haciendo el turno noche en la brigada y luego me pasaron al turno día”.

Daniel se desempeña como radio operador en el SPMF desde el año 2006

 

 En el año 2009 se pone en vigencia el estatuto de la ley de incendios forestales de la provincia del Chubut. A partir de entonces se le da forma a la estructura del Servicio Provincial de Manejo del Fuego; es allí cuando los trabajadores pasan a formar parte de la planta de empleados públicos provinciales: “Ahí se les da formalidad a nuestros cargos de revista, se consolidan las áreas del servicio y se crea la carrera propiamente dicha de combatiente incendio forestales, se establece un régimen jubilatorio limitado solo al agrupamiento de combatientes”, aclara el entrevistado.

Al momento de referirse a lo que le ha dado el oficio, Daniel, en principio, destaca la estabilidad laboral que brinda el sector público. Pero en lo que a su función puntual refiere, resalta el hecho de ser consciente de la importancia de la prevención y lucha contra los incendios forestales y la defensa del medio ambiente.

“El Servicio Provincial de Manejo del Fuego me hizo comprender cómo es el entramado social y de qué manera en esta zona se vive la relación con el entorno, no solo desde una visión puramente contemplativa, sino como actores partícipes”

En esta línea, agrega que, en lo personal, este trabajo le dio la oportunidad de desarrollarse profesionalmente como un brigadista forestal; “un radio operador capaz de operar con equipos de comunicación en VHF en diversas emergencias, armar antenas, programar equipos, montar y desmontar un puesto de comunicaciones en terreno”.

“Para pensar nuestro trabajo debemos comprender la dinámica social, los aspectos económicos relacionado a lo productivo y la historia detrás de la utilización de la tierra, el manejo del bosque, las políticas relacionadas a esto, la legislación existente, la presencia o no del Estado en esa interacción con los pobladores rurales o productores”

Por otra parte, destaca también el hecho de aprender a trabajar en equipo, a valorar el trabajo de sus compañeras y compañeros, a comprender los tiempos de los demás, a reconocer la potencialidad y las capacidades de sus colegas, sacando lo mejor de ellos.

El SPMF trabaja en la prevención, presupresión y combate de incendios forestales, coordinando tareas como el control de vegetación, la capacitación del personal y del público, y el trabajo interinstitucional con municipios y otros organismos.

 

La concientización es clave en el trabajo de Daniel. Según cuenta, “es un trabajo sostenido desde hace muchísimos años por las distintas áreas del Servicio, en especial el área de Promoción mediante la cual se llevan adelante las tareas de prevención, charlas en las escuelas y charlas a la comunidad. Después el área de Planificación, que, en base a los informes técnicos, la meteorología, etc., toma medidas, planifica y después desde la parte operativa se llevan a cabo estas acciones.

“Este año tuve la oportunidad de participar colaborando en la campaña de prevención para las escuelas primarias en Esquel en el Gimnasio Municipal y en Trevelin; en el Polideportivo. Entre otras tareas que se llevan a cabo en la temporada baja, por ejemplo, en nuestro caso se prepara el equipamiento, se ultiman detalles materiales y técnicos, se termina de presentar los informes de lo que fue la temporada pasada y se elabora el informe de las tareas realizadas en la temporada baja, participando, además, de cursos y capacitaciones”

El apoyo de la familia, es un factor clave en la vocación del brigadista; “primero por lo que ya conocemos; los riesgos de la tarea. También hay que pensar que, en la época de verano, cuando todos están de vacaciones, nosotros estamos trabajando más intensamente, con horarios más amplios y muchas veces lejos de la familia. Entonces, la familia que permanece es el apoyo incondicional que tenemos, es el ámbito de contención que necesitamos para hablar de las cosas que pasan en el trabajo; muchas veces, son situaciones difíciles”.

“Es un tema recurrente pensar que durante las vacaciones de nuestros hijos no podemos disfrutar de irnos a acampar o irnos de viaje a algún lugar porque estamos afectados en caso de que haya incendios; cuando podemos reflexionar sobre esto lo pensamos como una carga, pero cuando ese momento llega y aparece una alarma, solamente pensamos en acudir a nuestro trabajo y nuestras familias, nuestros hijos, nuestros padres, hermanos, están pensando que ojalá no pase nada grave”

Un puesto de comunicaciones en terreno; uno de los anhelos personales de Daniel dentro de la institución en la cual se desempeña.

Como anhelo personal dentro de la institución, Daniel manifiesta el deseo de que se cumpla un proyecto que se está llevando adelante; un puesto de comunicaciones en terreno que pueda crecer y transformarse en una herramienta más del servicio; “estamos trabajando para mejorarlo y en las últimas temporadas ha dado muestras de su utilidad y de la necesidad que existe y que viene a suplir”, comenta.

Otra cuestión que menciona, como arista a mejorar es la escasez de recursos que, parece ser una constante dificultad el hecho de gestionar la adquisición de herramientas; “de todas maneras nos seguimos dedicando a esto porque sentimos algo denominado dedicación y responsabilidad. Como también así nos dedicamos muchas horas a pensar y diseñar un Convenio Colectivo de Trabajo con la meta de que sea tratado en algún momento; también pensamos en proponer que se amplíe hacia la totalidad de los trabajadores del Servicio Provincial Provincial el Régimen de Jubilación Anticipada, creemos que se limite solamente a la parte operativa, es injusto y arbitrario, eso hay que cambiarlo.

Esta vocación no solo implica una fuerte responsabilidad, sino también un profundo amor por la tierra y un compromiso sincero con la comunidad y el medioambiente. El trabajo de Daniel, como el de muchos brigadistas, silencioso pero vital, refleja la entrega y la pasión que impulsan a estos guardianes de la naturaleza a seguir luchando contra el fuego y promoviendo la conciencia ecológica en cada rincón de la cordillera.

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