miércoles, 26 de noviembre de 2025

El economista César Herrera, integrante del Observatorio de Economía de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, cuestionó la política económica del gobierno de Javier Milei y advirtió por un fenómeno que considera alarmante: la morosidad de los hogares argentinos alcanzó niveles récord.

Según explicó, hoy conviven dos realidades completamente opuestas: un sector minoritario -alrededor del 20% de la población- que puede destinar ahorros al turismo y al consumo, y un 80% que vive endeudado para sostener gastos corrientes.

TARJETAS Y PRÉSTAMOS: LA TRAMPA DEL CONSUMO BÁSICO

El Observatorio identificó tres grandes rubros de deuda:

  • Hipotecarios, con baja morosidad.
  • Préstamos personales, con mora del 9%.
  • Tarjetas de crédito, con mora del 7%.

La combinación más extendida es la segunda y la tercera: familias que primero estiran la tarjeta y luego pasan el saldo impago a un préstamo personal, generando cuotas elevadas y una cadena de intereses.

Herrera subrayó que la inflación persistente, sumada a la caída del salario real, impulsó un comportamiento defensivo: “La gente miraba si podía pagar la primera cuota y espera que la inflación licúe lo demás. Pero ahora, con índices más bajos y tasas altísimas, esa lógica ya no funciona”.

Advirtió que en los últimos meses se registraron costos financieros totales de hasta 240%, producto de la estrategia oficial de “secar la plaza” para limitar la circulación de pesos.

“COMIDA EN CUOTAS”: UN SÍNTOMA DE EMERGENCIA SOCIAL

Herrera relató que incluso supermercados ofrecen tres cuotas sin interés para la compra de comida, algo que calificó como un signo del deterioro del poder adquisitivo. “Esto marca que estamos utilizando la tarjeta para comprar comida. Y esas cuotas se van sumando hasta que se cubre el monto total y se pasa al préstamo personal”, explicó.

Según el Observatorio, desde que Milei llegó al poder “la canasta básica de alimentos en Patagonia subió 240%, los sueldos aumentaron apenas 200%, la luz y gas superaron el 300% y el boleto de colectivo también se disparó”.

La presión sobre los “cargos fijos” -alquileres, servicios, Internet- deja cada vez menos margen para la alimentación, lo que lleva a un círculo de endeudamiento difícil de revertir.

SALARIOS: UNA RECUPERACIÓN INSUFICIENTE

Herrera mencionó el indicador que utilizan para medir el poder de compra: la cantidad de canastas básicas de alimentos que puede adquirir un salario promedio.

En Patagonia, tras una caída brusca a principios de 2024, el número actual sigue sin recuperar los niveles previos al gobierno de Milei. “El salario real recuperó algo, pero la pérdida acumulada sigue siendo enorme. Hoy una familia compra menos comida que hace dos años”.

LOS GOBIERNOS TAMBIÉN “PAGAN EL MÍNIMO”

El economista trazó un paralelo entre la deuda privada y la pública. “A nivel nacional el Gobierno tomó apoyo financiero de Estados Unidos para cancelar vencimientos con el FMI, deuda para pagar deuda”, recordó.

Las provincias enfrentan un cuadro similar: “Gobierno nacional, gobiernos provinciales, municipios y hogares estamos todos bajo la misma lógica: endeudarse para sostener gastos corrientes”, sostuvo.

Herrera anticipó que el proceso de “desendeudamiento” de las familias será lento y tendrá efectos negativos en la economía real: menos consumo, caída en ventas y presiones sobre sectores que dependen del mercado interno.

“Cuando dedicás más a pagar intereses, consumís menos. Lo mismo ocurre con el presupuesto nacional: se ajusta todo, menos el pago de la deuda”, explicó.

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