Ubicación, origen y nombres: Al haber cubierto toda la región patagónica se extendieron hasta la zona de Buenos Aires -querandíes-. Los restos más antiguos se detectaron en el año -9000.
Fueron cazadores superiores, típicamente nómades, a diferencia de las otras tribus que, generalmente, incursionaban dentro de zonas limitadas.
En su cultura, alterada a través del tiempo, se puede distinguir una primera época con instrumentos de piedra y puntas de proyectil de tamaño considerable, que los expertos llamaron “Industria Toldense”, complementada con pinturas de manos y escenas de cacería sobre paredes de cuevas.
Posteriormente, los instrumentos cambian de formas dando paso a la “Industria Casapedrense”, en la cual las puntas de proyectil pierden importancia, y adquieren mayor valor las bolas de piedra o boleadoras.
Finalmente, dentro del 1º y 2º milenio antes de Cristo, aparecen instrumentos de piedra de refinada confección y variados usos, llamada “Industria Patagoniense”.
A estos antepasados, los tehuelches los llamaban Ke-u-k’unk (gente de los tiempos antiguos), pero sus tradiciones no ofrecen datos sobre ellos.
Identificar, geográficamente, a cada uno de los grupos de cazadores que habitaron en estos territorios desde el siglo XVI en adelante, ha generado variada polémica, ya que la terminología utilizada en las fuentes al referirse a ellos es muy disímil y confusa, al no aparecer los nombres que esos pueblos se daban a sí mismos, sino aquellos con que los designaron los hombres blancos u otros vecinos indígenas -araucanos-, nombrando de diferentes maneras a un mismo pueblo, o que uno solo de esos nombres haya sido utilizado con diferentes acepciones.
La designación de “tehuelches”, que significa hombres bravíos, les fue impuesta por los araucanos en alusión a la actitud de esos cazadores, cuando ellos fueron a disputarles sus mujeres y sus territorios. La voz se descompone en tehuel -o chehuel- que quiere decir bravo, arisco, poco dócil, y che, traducido como gente, mientras que los tehuelches se llamaban a sí mismos chónek, que significa “nosotros, los hombres”.
Distintas parcialidades:
Hoy se llama “tehuelches” a todos los cazadores que, a la llegada del hombre blanco, habitaban la Patagonia y Tierra del Fuego, con rasgos físicos comunes (dolicocéfalos de gran corpulencia y estatura) y de una misma cultura cazadora.
A su vez, los tehuelches septentrionales habitaban al norte del río Chubut -o Tehuelkuni- y los tehuelches meridionales, al sur de este río -llamados también “Patagones” o Aónik’enk -Ahoniken-.
Dentro de estos dos subgrupos pueden distinguirse diferentes expresiones locales.
Entre los septentrionales, uno de los grupos mejor identificados es el de los Gününa Këna, puelches, leuvuches o serranos, los cuales, por el siglo XVI, se desplazaban por Tandilia y Ventania, en los territorios comprendidos entre el río Colorado y el río Negro hasta el sur de Neuquén y desde la provincia de Río Negro hasta el centro del Chubut.
Hacia 1878, en el norte de la región pampeana, dominaban los ranqueles; los curá, en Salinas Grandes; en el este bonaerense -Azul y Tapalqué- los grupos de Catriel Cachul, emparentados con los Gününa Këna. Los territorios entre los ríos Colorado y Negro eran, en ese tiempo, área de frontera entre los pueblos.
Los Gününa Këna fueron retrocediendo hasta el río Negro, desplazándose hacia el sur de Neuquén y hacia Chubut, zonas en las que se confundían con los tehuelches meridionales. A su vez, estos últimos se desplazaban a través de toda la Patagonia.
Entre los tehuelches meridionales, el grupo mejor conocido es el de los Aonikenk, quienes hacia el siglo XVI habitaban el área entre el río Gallegos y el estrecho de Magallanes, pero en épocas posteriores llegaron a desplazarse por toda la Patagonia.

