Unos días antes de dejar el cargo de Gobernador, Mariano Arcioni consiguió que designen a Oscar Antonena como subgerente general del Banco del Chubut, cargo por el que percibe un sueldo de varios millones de pesos y con una cláusula de inamovilidad por dos años, con lo que el ahora exministro de Economía se garantiza conseguir el tiempo que necesario para conseguir una jubilación de privilegio.
Arcioni se ocupó de dejar a sus colaboradores de confianza en muy buenos cargos de la administración pública y colocar a Antonena en un puesto jerárquico no fue tarea sencilla ya que “Cachito” deseaba recalar en el Superior Tribunal de Justicia, en el cargo de Administrador General, pero el gobernador no obtuvo el quórum necesario para hacerlo ingresar. Los ministros del STJ le bajaron el pulgar y el gobernador tuvo que buscar nuevos destinos.
Fue así que surgió la posibilidad del Banco del Chubut, donde Antonena encontró resistencia del gremio La Bancaria pero el gobierno tenía mayoría en el directorio y en base a presión el ingreso se consumó.
Sin embargo quedaba un escollo preocupante: en poco tiempo más terminaba el mandato y las nuevas autoridades provinciales seguramente iban a querer poner a su gente de confianza en ese puesto clave de banco. Antonena tenía los días contados, su permanencia en el directorio duraría un parpadeo. Luego de estudiar distintas alternativas, hallaron la cláusula de “inamovilidad del contrato”, que le garantiza a “Cachito” al menos dos años sin que pueda rescindirse.
De esta manera, Antonena logró un cargo jerárquico en el Banco del Chubut, con un salario que rondaría los $6 millones y durante el tiempo necesario para obtener una jubilación de privilegio.
“Cachito” no pudo doblegar la resistencia de los popes del poder judicial, pero felizmente pudo vencer la resistencia del poderoso gremio bancario. La persistencia del dinámico Antonena dio sus frutos.