jueves, 25 de septiembre de 2025

A principios de marzo Calfucurá en persona pasa la frontera con 3.500 guerreros de lanza, que a poco serán seis mil, subdivididos en grupos de doscientos o trescientos. Es una invasión de todos los pueblos indios (salineros, ranqueles, manzaneros del Neuquén) para vengar una grave afrenta.

El coronel Boerr ordena que se le plieguen las fuerzas de Coliqueo y pide ayuda al general Rivas, que está en Azul, quien moviliza sus tropas y los guerreros de Catriel, el Joven.

Calfucurá, que se retira con un gran botín tomado en Nueve de Julio, 25 de Mayo y General Alvear, presenta combate a Borges en las cercanías de San Carlos pero las fuerzas de Rivas consiguen unirse con éste. Es una tremenda batalla donde combaten entre sí 7.000 indios y algunos centenares de soldados cristianos. Calfucurá dirige en jefe, y sus divisiones las mandan sus hijos Namuncurá, Ranquecurá, Catricurá, junto al ya legendario Pincén y Mariano Rosas que está al frente de los ranqueles. A las órdenes de Rivas luchan Ocampo, Boerr, Levalle, el comandante de milicias Francisco Leyría, y los caciques Coliqueo y Cipriano Catriel. “El más reñido combate a lanza, sable, cuchillo y bola que vi”, informará Rivas.

Calfucurá contaba con la defección de los indios de Catriel, naturalmente reacios a luchar contra sus hermanos. Pero Catriel consiguió imponerse a los suyos, y junto con Rivas quebró la línea enemiga no obstante la tenaz resistencia de los indios de Calfucurá que combatían desmontados.

Cuando “se armaba una de a pie”, se entendía que la lucha era a muerte. Al desmontar el indio expresaba su voluntad de no retirarse.

La muerte de Calfucurá

Calfucurá perdió todo el arreo (76.000 vacunos, 16.000 yeguarizos y algunos lanares), y fue arrastrado por sus hijos lejos del campo de batalla. Contaba más de cien años al dirigir personalmente la lucha. Del pesar por la derrota morirá en su toldo de Salinas Grandes el 4 de junio de 1873.

La muerte del Gran Gulmen no disolvió la confederación indígena. Namuncurá es elegido en reemplazo de su padre, pero no consiguió mantener la unidad de éste. Pincén con un grupo de aucas (libres) se separa estableciéndose en Malal, cerca de Toay.

Los malones siguen en 1873. En 1874 los hermanos de Catriel el Joven (Juan José y Marcelino) aprovechan que éste ha arrastrado a la tribu a la revolución de Mitre, para hacérselo entregar maniatado por los vencedores y ejecutarlo “por traidor” con anuencia del gobierno nacional. Éste entiende que por traidor a la causa nacional, los indios por traicionar a los suyos en San Carlos.

Fragmento del libro “Historia Argentina” de José María Rosa

 

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