domingo, 16 de marzo de 2025

Como consecuencia de su éxito militar, se lo elige gobernador. También, la Honorable Sala de Representantes resuelve obsequiarle en premio a sus servicios, la isla de Choele Choel, que desde ese momento se llamará Isla de Rosas, pero rechaza el obsequio sabiendo a conciencia, que ni defenderá ni colonizará esa tierra. A cambio pide “Que la donación se conmute con la de otros terrenos que hoy son propiedad del Estado”, dándole en igual forma una extensión equivalente a 50 o 60 leguas de tierra en la provincia de Buenos Aires. El gobierno también premia con tierras ubicadas junto a los fuertes de la línea de defensa a los militares que intervinieron en la campaña de la División Izquierda.

El 25/03/1834 Rosas presentó al gobierno un resumen de los acontecimientos. En él refiere que entre los muertos se encuentran los caciques Payllarén, Pitriloncoy, Millas, Millancal, Treurepan, Choncian, Loncon, Mulato, Quarquen, Llancalien, Piñiquarquen, y entre los prisioneros Paynen, Cayupán, Naquelán, Cariu, Villi-Calquin, Yanquemán, Tuquiñán, Quiñiqual, Callfuquén, Rinque y Quepayñán. Se recuperaron 2.200 cabezas de vacunos, 1.600 lanares, 1.800 yeguarizos y 2.455 caballos.

Los aciertos y errores de la expedición, analizados por varios entendidos en la materia, pueden resumirse en los siguientes conceptos:

1) De orden político y social: En el extremo oeste y sudoeste de la provincia de Buenos Aires se extendió la frontera, la que pasaba ahora por el oeste de Bahía Blanca, Médano Redondo y Carmen de Patagones. Se ganaron así al desierto unas 2.900 leguas cuadradas. Se afianzó la soberanía argentina en las latitudes recorridas por las divisiones de Pacheco y Ramos, donde extranjeros y aborígenes rebeldes desenvolvían actividades comerciales al margen de algún control o autorización respectiva. Terminó con la influencia de los Pincheira. Se logró concertar y mantener la paz con las principales tribus del área (pampas, voroganos y tehuelches).

Se rescataron numerosos cautivos.

La campaña logró disfrutar de una relativa calma hasta 1852, época en que cayó Rosas.

2) De orden militar: Se eliminaron la influencia y prestigio de los principales caciques rebeldes que moraban al sudoeste de Buenos Aires: Chocorí, Cayupán, Yanquimán y Paynén.

Se dejaron establecidas reducidas guarniciones en Choele Choel y en otros fortines en las márgenes del río Negro, las que con el tiempo fueron abandonadas.

3) De orden económico, técnico y científico: Se efectuaron comprobaciones agrícolas por los principales cursos de agua, resultando ser tierras de cultivo para toda clase de granos y otras especies vegetales. Se pusieron en evidencia las riquezas naturales que encerraban los valles de los ríos Negro y Colorado.

Bathurst y Descalzi recorrieron los ríos Negro y Colorado, verificando las posibilidades de su navegación por embarcaciones de calado reducido.

Chiclana efectuó una serie de relevamientos topográficos que completaron los escasos datos existentes. Con el aporte de otros trabajos se pudo actualizar una carta fluvial y topográfica hasta la isla Choele Choel.

Desde el punto de vista militar, fue la expedición más importante ejecutada hasta entonces, como bien lo reconoció en su tiempo el general Roca: “A mi juicio, el mejor sistema para concluir con los indios (…) es el de la guerra ofensiva que fue seguida por Rosas, que casi concluyó con ellos”.

Asimismo, al faltar la cooperación del ejército de Chile, se permitió a los caciques Yanquetruz y Chocorí encontrar refugio al oeste de la cordillera, evitando su aniquilamiento.

Al ocuparse la isla de Choele Choel se eliminó un refugio de la indiada que traficaba hacia Chile con hacienda robada. Teniendo libre el camino desde Chile, los mismos en cualquier momento regresarían.

Se desguarneció la línea entre el río Colorado y Choele Choel, lo que permitió a los indígenas disponer de aguadas y pastizales, y así reasumir paulatinamente la soberanía del norte patagónico.

Pero las guardias tanto en Choele Choel como en Confluencia habrían caído ante los naturales sin el soporte desde Buenos Aires. Por ello Rosas retiró las guarniciones, porque no basta ocupar posiciones; hay que poderlas mantener, reforzar y apoyar llegado el caso.

Además, no puede saltearse el importante fracaso de las divisiones centro y derecha, por lo cual, en Córdoba y San Luis, una vez disuelta la división de Ruiz Huidobro, quedó la frontera semiabandonada, y en enero de 1834 se reanudaron los malones; pero estas fallas deben achacárseles a Juan Facundo Quiroga.

La expedición de 1833, por las circunstancias, fecha en que se realizó y lugares alcanzados, merece que la recordemos como un hecho de armas tan glorioso como otros ocurridos durante el período de la lucha por nuestra independencia.

El 21/09/1843 Chile se apoderó del estrecho de Magallanes. Rosas encomendó a una comisión especial el estudio del litigio y la búsqueda de antecedentes que probaran la posición argentina en el mismo. Sin embargo, la disputa debió postergarse hasta mejor oportunidad ya que las difíciles situaciones internas y externas porteñas le impedían abocarse a este problema con la seriedad que correspondía.

Durante su gobierno, fueron aisladas las invasiones de aborígenes a los campos bonaerenses; pero caído Rosas tras la batalla de Caseros, el invasor resurgió con mayor virulencia.

Entonces, su derrocamiento produjo la ruina de todos los pobladores de la campaña, quedando en pie y aisladas Bahía Blanca y Patagones.

Los tratados ya no tuvieron vigencia, creciendo y afianzándose la entonces llamada Nación Pampa.

Dos fueron las consecuencias más notorias de la caída de Rosas: a) se afianzó y aumentó el prestigio de Calfucurá; b) retrocedió la línea de fronteras hasta la existente en 1826.

Textos de Luis B Colombatto

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