sábado, 16 de agosto de 2025
Comunidad aborigen de El Chalía. Foto Maxi Jonas

Arroyo chubutense que nace en el cerro Mayo -sudoeste del departamento Río Senguer-, cruza su cauce superior la pampa del Chalía -de alturas superiores a 1.100 m-, y tras recibir como afluentes a los arroyos Los Huérfanos y  Chalía Medio, termina desembocando en el río Mayo.

En la página 60 del Anuario El Rivadavia de 1944-1945, aparece este comentario sobre las reducciones aborígenes, entre ellas la de El Chalía: “las reducciones indígenas creadas por la Comisión Nacional del ramo, han pretendido traer una solución para el indio y sus problemas. Es evidente que el yerro que traer aquella solución como origen, no solamente ha implicado la no solución de ese problema, sino que lo ha complicado. Las reducciones indígenas de Pastos Blancos, El Chalía y El Coyte, para citar solamente tres, constituyen un documento viviente y una demostración elocuente de nuestra aseveración. Una o más tribus indígenas, cada una respondiendo a un cacique e integrada por un número limitado de familias, residen en las citadas reducciones que en síntesis son potreros limitados por alambrados.

Algunas familias, las gobernadas por los hombres menos mellados por el vicio, construyeron sus viviendas al tipo del viejo rancho de paredes de ladrillo de adobe, techumbre de jarilla y cueros. Las más, sin embargo, viven en enramadas, desafiando fríos y vendavales con solo ese precario abrigo. Agreguemos, a título informativo que el toldo ha desaparecido sin duda por haber terminado la era de la vida nómade, como consecuencia del imperio del alambre y la tranquera.

En esa ‘reducción’, el horizonte del indio se ha limitado y consecuentemente su vida primitiva se ha transformado, pero con resultados inversos: al ‘civilizarse’ se ha empobrecido y no creemos equivocarnos si agregamos que se ha embrutecido”.

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