miércoles, 6 de agosto de 2025

 

La provincia del Chubut atraviesa una de las peores etapas de su historia en materia de producción petrolera. A pesar de que el barril de crudo Escalante cotiza por encima de los 66 dólares, los niveles extractivos siguen retrocediendo y alcanzaron en el primer semestre de 2025 su punto más bajo desde el año 2001. La situación afecta no sólo a la recaudación provincial, sino también al empleo y al conjunto de la economía regional, con Comodoro Rivadavia como epicentro del deterioro.

Producción en retroceso, precios en alza

Según datos oficiales, durante los primeros seis meses de 2025 Chubut produjo 22.992.815 barriles de petróleo, lo que representa una caída del 1,9% respecto del mismo período del año anterior, equivalente a 437.770 barriles menos. El promedio diario fue de 125.988 barriles, por debajo incluso de los registros del año 2001.

Si bien en junio se produjo una suba interanual del 15,6% con respecto a 2024 (año en el que hubo un fuerte temporal que afectó la producción), ese repunte no alcanzó para revertir la tendencia general. De hecho, para igualar los niveles previos a la nevada de 2024, la producción del último mes debió haber sido al menos 350 mil barriles mayor.

Lo más preocupante es que este declive se da en un contexto de precios favorables. El crudo Escalante promedió los 66 dólares en la primera mitad del año, y en los últimos cuatro años mantuvo un valor medio de 69 dólares por barril. Aun así, desde 2021 la producción provincial cayó un 9,9%.

La migración hacia Vaca Muerta

Uno de los factores centrales de esta crisis es la redirección de inversiones hacia los yacimientos no convencionales de Vaca Muerta, en Neuquén. Allí se concentran hoy más del 60 por ciento de los niveles de producción del país, como resultado de una política nacional orientada a favorecer las exportaciones de shale oil y gas, en detrimento de las cuencas convencionales como la del Golfo San Jorge.

El caso de YPF es ilustrativo. La empresa estatal redujo su producción en Chubut un 25,1% en el primer semestre de 2025, con una pérdida de 1.577.009 barriles. Aunque parte de esa baja fue compensada por PECOM, el resultado combinado de ambas compañías marca una merma de 0,7% respecto de 2024. PAE también contrajo su producción en un 3,4%, Tecpetrol en un 14,9%, mientras que CAPSA y CAPEX aumentaron levemente su extracción, en 2,6% y 4,9% respectivamente.

En paralelo, YPF avanza en el abandono de sus activos convencionales, como el yacimiento Manantiales Behr, que está siendo negociado entre varias empresas privadas. La retirada progresiva de la operadora estatal deja a la provincia con escasas herramientas para sostener la actividad.

Menos barriles por trabajador

Otro aspecto crítico es la pérdida de productividad laboral. En los años de mayor actividad, entre 2004 y 2011, Chubut promediaba 162 mil barriles diarios, con 30 barriles producidos por trabajador. Hoy ese indicador cayó por debajo de los 11 barriles diarios por obrero. El empleo directo en el sector, que alcanzó un pico de 14.622 puestos en 2015, se mantuvo por encima de los 12 mil hasta 2024, pero en 2025 ya habría descendido entre un 15 y un 20 por ciento.

Si bien aún no se conocen los datos oficiales del primer semestre del año, se estima que la cantidad de trabajadores rondaría actualmente entre los 10.000 y 10.500. Algunos referentes del sector empresario advierten que la rentabilidad sólo podría sostenerse si se reduce la planta de personal a 6.000 trabajadores, un ajuste de características similares al vivido entre 1998 y 2000.

Una historia que se repite

La crisis actual revive el recuerdo de la recesión petrolera de fines de los años noventa, cuando el precio del barril cayó a 10 dólares y Chubut llegó a producir apenas 105.184 barriles diarios. Entre 1996 y 2000, se destruyeron más de 500 empleos directos en el sector y la economía de Comodoro Rivadavia sufrió un colapso. Hoy, con precios internacionales tres veces mayores, la producción provincial volvió a niveles similares y el empleo comienza a ceder.

Durante los últimos diez años, la producción de crudo en Chubut se redujo un 21,1%. Si bien hubo picos de recuperación en 2018 y 2019, el proceso de retracción se acentuó desde 2021. En ese mismo lapso, la cotización del crudo se mantuvo estable o incluso al alza, lo que descarta que el problema radique en el precio. La caída está vinculada, en cambio, a un modelo de desarrollo energético nacional que prioriza los recursos no convencionales y desatiende a las provincias productoras tradicionales.

Las sucesivas gestiones provinciales intentaron frenar esta caída mediante la renegociación anticipada de concesiones petroleras, la extensión de contratos por 40 años y la aplicación de incentivos fiscales. Sin embargo, las acciones tomadas no lograron revertir la desinversión. El escenario actual muestra que ni los altos precios ni las ventajas fiscales han conseguido detener el achicamiento estructural de la actividad en Chubut.

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