miércoles, 5 de febrero de 2025
Edificio de los baños públicos de Comodoro Rivadavia

Se ensancha la avenida Rivadavia en su parte alta, que lentamente comienza a poblarse, conforme el pueblo crece hacia el Oeste. A la altura de Chacabuco y en plena subida de tierra, se ven los baños públicos.

¿Baños públicos? Sí, porque en todo el pueblo, pero especialmente en la parte alta, el agua no alcanza para que se bañen todos. La presión alcanza para unas pocas horas al día, siempre que no haya cortes en el servicio. Así que la Gobernación busca paliativos: un baño público con duchas, a las que se puede acceder previo paso por boletería. Mujeres y hombres, pero éstos especialmente, recurrirán durante años a este servicio, en el pueblo en que un sifón de soda sobre la mesa de luz de los hoteles hace pensar a los viajeros en un detalle exótico, pero que luego descubren que se trata del único medio para lavarse la cara al despertar.

Los baños públicos serán fiel reflejo de la falta de agua. En 1985, el edificio se recicla y se transforma en sede del Museo Regional, que nunca ha logrado ocupar el edificio que se construyó para éste y la Biblioteca Pública, ya que ha sido prestado a Provincia para el funcionamiento de los tribunales.

Años después del cambio de funciones del edificio de los baños, más de un hombre de campo se verá decepcionado, al llegar a la boletería y preguntar con desconfianza ante la proliferación de flechas y restos óseos, por la posibilidad de darse una ducha.

Fragmentos del libro “Crónicas del Centenario”

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