Mientras sigue la reestructuración de Y.P.F S.A, han comenzado a formarse los “emprendimientos productivos”, denominándose así a las cooperativas que la empresa y la Federación SUPE acuerdan promover, integrando a los agentes retirados o despedidos. Los 52 despedidos del paro de septiembre conforman uno de los primeros grupos, fracasado el intento de reincorporación.
Ese primer grupo conforma una sociedad con aportes de sus montos indemnizatorios e YPF S.A les entrega dos equipos de perforación para reparar; el sueldo de dos meses queda a cargo del SUPE, mientras que una vez reparados los equipos, la empresa se los transfiere en concesión, para trabajar como prestadores de servicios de perforación. Esto se acuerda en septiembre de 1991 y se inicia la cadena de empresas conformadas por ex agentes:
“En el lapso de casi 3 años (1991-1993) aparecieron en escena 28 emprendimientos instalados en la ciudad de Comodoro Rivadavia dedicados a tareas tan diversas como servicios viales, desmonte de suelos, relevamientos topográficos y sísmicos, radio y telefonía, tendido de cañerías, cementación de pozos, transporte de cargas, imprenta gráfica, construcciones y premoldeados, etc. Estas sociedades nuclearon a alrededor de 1.300 ex operarios de YPF (casi el 25 por ciento de la planta de personal que se retiró de la petrolera desde 1991) y a su vez se transformaron en activas demandantes de mano de obra al proveer de empleo a más de 800 nuevos trabajadores no vinculados originalmente a la empresa madre. En la zona Norte de Santa Cruz, en el mismo período se organizaron 22 emprendimientos, que ocuparon, durante 1994, a 478 socios ex agentes de YPF y a 628 personas contratadas”
La suerte de esos emprendimientos ha sido disímil. Algunos logran crecer y estabilizarse, otros se quedan en el camino y desaparecen. Al año 2000, la cantidad de operarios en este tipo de sociedades se mantiene más o menos constante, según datos manejados por el SUPE, aunque no necesariamente son los mismos que cuando empezaron.
“Todo pasa por el conocimiento del trabajo… no es lo mismo salir de una relación de dependencia que insertarse en la actividad privada… muchas de las sociedades han tenido muy buenos contratos y fracasaron porque cuando vieron que llegaba una facturación, cobraban una enormidad de plata, no sabían qué hacer y quisieron largar para todos lados, pusieron salarios muy altos y después pagaron las consecuencias… lamentablemente YPF encasilló a la gente la mal acostumbró… sobredimensionan todo, si pasan por un lugar y la luz está prendida, la dejan así, no les interesa, porque no han sufrido los costos que implican los servicios, no tienen conciencia de esos costos… además, si por ejemplo le decís a un chofer que tiene que ir a pintar, te dicen y por qué tengo que pintar yo si soy chofer? (Están) acostumbrados a la mentalidad de YPF, en donde tenía una categoría y punto, ya no podía hacer otra cosa. Para ser empresario hay que tener la mentalidad de empresario, no es sólo el inscribirse en un registro y tener un número de empresas”.
De todos modos, la salida a través de las sociedades es limitada frente a la gran cantidad de ex agentes, demandantes de nuevos puestos de trabajo. Algunos inician el camino del cuentapropismo, la mayoría con poco o ningún éxito. La gran cantidad de ex agentes que se decide a abrir kioscos, a comprar autos para trabajar como remises o taxis, o саsas de comidas, tiendas o bares, no hace más que saturar la plaza, con un exceso de oferta que excede largamente la demanda, por lo que obtienen escasos márgenes de rentabilidad: “La gente dilapidó el capital en kiosquitos, fue el boom de los multirubros, que no le produjeron ningún beneficio ni a sus propietarios ni a la actividad comercial, porque además fueron manejados por gente que no supo hacerlos producir como correspondía”.